Puebla es uno de los estados más afectados por los sismos en México, debido a su ubicación geográfica y a la presencia de fallas tectónicas; sin embargo, muchas personas desconocen el tipo de sismo que ha afectado a la entidad.
En los últimos años, Puebla ha sufrido dos grandes sismos que han dejado muertos, heridos y daños materiales, como el del 19 de septiembre de 2017, mientras que el más reciente fue el 7 de diciembre de 2023, aunque sin daños ni víctimas mortales.
Los sismos se caracterizan por tener un movimiento tanto horizontal como vertical del suelo, lo que se conoce como sismos trepidatorios y oscilatorios, respectivamente, y existen algunas características propias de cada uno.
Un sismo trepidatorio se manifiesta con un movimiento vertical del suelo, como si el suelo estuviera brincando de arriba a abajo, un movimiento que se debe a que las ondas sísmicas que se propagan desde el epicentro tienen una mayor componente vertical que horizontal.
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Este tipo de sismo se siente más cerca del epicentro y puede causar más daños en las estructuras, tales como derrumbes o grietas en las estructuras cimentadas.
Un sismo oscilatorio se produce cuando el movimiento es horizontal, es decir, va de un lado a otro, como si el suelo se balanceara.
Este tipo de sismo se produce porque las ondas sísmicas se atenúan al viajar y al llegar a un suelo blando, como el de la Ciudad de México, las componentes horizontales se amplifican.
Los registros muestran que este tipo de sismo se siente más lejos del epicentro y puede causar más pánico en la población, ya que tiene una amplitud de percepción más amplia.
De acuerdo con el Servicio Sismológico Nacional (SSN), los sismos de 2017 y 2023 que tuvieron epicentro en Puebla, específicamente en Chiautla de Tapia, fueron de tipo mixto, es decir, que contaron con ambos tipos de movimiento.
El de 2017 tuvo una magnitud de 7.1 y una profundidad de 57 kilómetros, mientras que el de ayer tuvo una magnitud de 5.7 y una profundidad de 65 kilómetros. Además, destaca que ambos sismos se originaron por el deslizamiento de las placas tectónicas de Cocos y Norteamérica.
Es por ello que podemos decir que los sismos trepidatorios y oscilatorios son una realidad que los pobladores de Puebla y otras regiones del país deben enfrentar con precaución y responsabilidad.
Por ello es importante estar informados, preparados y seguir las recomendaciones de las autoridades en caso de emergencia. Así podremos reducir los riesgos y las consecuencias de estos fenómenos naturales.