La venta de alcohol y cigarros a menores de edad es un delito contemplado por los tres órdenes de gobierno. A pesar de los avances para restringir la distribución de estos productos, aún existen negocios que ignoran esta reglamentación.
En la década de los 80, la Ley General de Salud de México se modificó a nivel federal para considerar un delito la venta de bebidas alcohólicas a menores. Hoy en día, este delito está previsto en los códigos penales de los estados y en los códigos reglamentarios de algunos municipios.
Por ejemplo, el Código Penal del Estado de Puebla establece penas por la venta de alcohol y cigarros a menores de 18 años, que pueden llegar hasta los tres años de cárcel. En la capital de este estado, el código reglamentario municipal impone sanciones administrativas a negocios que vendan alcohol y cigarrillos a menores.
En el municipio de Puebla, las sanciones por violar estos lineamientos pueden incluir multas y clausura del negocio, además de las posibles acciones penales contra el propietario o encargado.
Si bien las leyes han logrado reducir la exposición de los menores a estos productos, el problema persiste, especialmente cerca de las escuelas. Muchos adolescentes encuentran la manera de adquirir alcohol o cigarros, a menudo con la complicidad de los responsables de los establecimientos.
Aunque no todos los negocios incurren en esta práctica, sí hay varios que toleran el consumo de alcohol o cigarros en menores, y esta situación no siempre se sanciona, principalmente por la falta de supervisión y denuncias.
Los ciudadanos pueden presentar quejas o denuncias contra los negocios o domicilios particulares que permitan estas prácticas. Es responsabilidad de las autoridades ministeriales y municipales seguir cada uno de estos señalamientos.
Generalmente, los negocios que permiten la venta de alcohol y cigarros a menores son sancionados por las autoridades municipales. Durante el año se han documentado casos de clausuras y multas a establecimientos nocturnos por permitir la venta de alcohol a menores.
Esto indica que aún hay negocios que toleran la venta de alcohol a menores, incluyendo misceláneas o tiendas de conveniencia, donde la ley establece que la venta de estos productos solo se permite presentando una credencial electoral o algún documento oficial que acredite la mayoría de edad.