En Puebla, atraviesan varios de los ríos más importantes del país, como el Nexapa, Tuxpan, Necaxa, Mixteco, el río Tehuacán y, quizá el más preocupante debido a la calidad de su agua y los altos índices de contaminación, el río Atoyac. Desde hace años, el Atoyac es tema de discusión debido a los nulos avances en su saneamiento, a pesar de que cada año se anuncian importantes mejoras.
El Atoyac nace en la cuenca de la Sierra Nevada, pasa por el estado de Tlaxcala y, de ahí, atraviesa al menos 22 municipios en el estado de Puebla, proveyendo de agua no solo a los pobladores, sino también a una gran cantidad de flora y fauna. Como en otros casos, este ecosistema comenzó a deteriorarse debido a las actividades humanas. Por esta razón, hoy es uno de los ríos más contaminados de México.
Pasan y pasan gobiernos de todas las inclinaciones políticas, y siempre se anuncia que se llevarán a cabo importantes trabajos para continuar con el saneamiento de este importante cuerpo de agua; sin embargo, actualmente es evidente que la calidad del agua tiene poca o nula mejoría. Hace cinco años y medio, se presentó un plan contundente de limpieza.
De acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), el 70 % de los ríos del país presentan niveles de polución, y el Atoyac es uno de los más afectados. Es por esto que el 16 de mayo de 2018, el cabildo municipal de Puebla, liderado por el entonces presidente Luis Banck Serrato, aprobó el llamado Plan Rector para el Saneamiento del Río Atoyac. El objetivo era que, en un plazo de 13 años, es decir, para 2031, el cuerpo de agua mejorara su calidad.
Este plan consta de 15 líneas de acción concretas para cambiar la situación del río, entre las que se incluyen un grupo de trabajo de la Comisión de Derechos Humanos (CDH), la formación de una entidad llamada Comisión Ambiental Metropolitana Puebla-Tlaxcala, la creación de una subdirección de Cambio Climático y la reintroducción de vida acuática silvestre al Atoyac.
Añadiendo a esto, el 28 de septiembre de 2020, los gobiernos estatales de Tlaxcala y Puebla firmaron el Convenio Marco para el Saneamiento del Río Atoyac y sus Afluentes, en respuesta a la recomendación 10/2017 de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).
Ayer, la titular de la SEMARNAT, María Luisa Albores, afirmó que se han logrado avances en el saneamiento del Atoyac y que se está trabajando con los dos gobiernos involucrados y el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt). Sin embargo, la realidad es que la calidad del agua en el Atoyac no ha mejorado.
¿Qué avances se han dado?
El pasado 16 de enero, en el Programa de Acciones de Saneamiento (PAS), la Comisión Nacional del Agua (Conagua) informó que, en 2022, se llevaron a cabo un total de 13 obras relacionadas con la construcción, rehabilitación, planificación y operación de infraestructura para la recolección y tratamiento de aguas residuales. Esto representó una inversión de 112 millones de pesos entre los recursos de Tlaxcala y Puebla, así como de la federación.
Con respecto al saneamiento a cargo del Ayuntamiento capitalino, el pasado 9 de septiembre se informó que el Organismo Operador de Servicio de Limpia (OOSL) retiró un total de 11 toneladas de residuos de llantas que la ciudadanía arrojó al río. Esto es solo una parte de las tareas que hace el gobierno de la capital para limpiar el cuerpo de agua.
Recientemente, también se aprobó la construcción de una planta tratadora de aguas residuales en el municipio de Huejotzingo, donde se sabe que existen industrias textiles que son algunas de las más contaminantes del cuerpo de agua. De igual manera, los gobernadores de Puebla y Tlaxcala, Sergio Céspedes y Lorena Cuellar, informaron que también se han ampliado sistemas de alcantarillado y se han rehabilitado otras plantas tratadoras de aguas residuales.
Por su parte, el Conacyt ha contribuido mediante estudios y análisis de los niveles de contaminación y las repercusiones que esto puede tener en la salud pública. Si bien no es una acción directa en el río, sí es esencial para entender a qué se enfrentan las autoridades en cuanto a la polución que afecta la cuenca.
Textileras, maquiladoras y embotelladoras: principales fuentes de contaminación
De acuerdo con la Universidad Iberoamericana, el Atoyac se contamina, en primera instancia, por aguas residuales de industrias ubicadas en el municipio de Tlahuapan. A partir de ahí, otros contaminantes provienen de San Martín Texmelucan debido a actividades como las del complejo de Pemex, las industrias textileras y fabricantes de metal, quienes descargan sus residuos en el río Atoyac.
Otra industria que contribuye a la contaminación son las lavanderías, que en su mayoría descargan blanqueadores clorados, hidróxido de sodio, agua oxigenada, índigo, entre otros agentes químicos. En cuanto a las industrias embotelladoras, estas han incrementado considerablemente su capacidad de producción, lo cual tiene un impacto directo en los ecosistemas acuíferos, ya que sus residuos sólidos terminan en el río.
La Ibero informa que solo el 15 % de los desechos de PET en el país se reciclan. Así, en uno de los países con mayor consumo de refrescos, los productos de empresas como Nestlé, Coca-Cola, Danone y Pepsico terminan contaminando aún más la cuenca.
Según la recomendación de la CNDH, hay al menos 2,059 Unidades Económicas, es decir, empresas que impactan directamente en la calidad del agua en el Atoyac. De estas, 2,015 pertenecen al rubro manufacturero, dos son mineras dedicadas a la extracción de arena, grava y materiales similares; tres son generadoras de energía eléctrica, 22 están relacionadas con la construcción, y 17 pertenecen a unidades de captación, tratamiento y suministro de agua realizadas por el sector público.
La mayoría de estas empresas se ubican en localidades como San Martín Texmelucan, Huejotzingo, Nativitas y Tepetitla de Lardizábal, entre otras.