Aunque todavía faltan un par de semanas para llegar al tan ansiado Día de Muertos, la gente está preparándose para colocar las ofrendas que les rindan tributo a sus difuntos, por lo que no pueden faltar las tradicionales y apetecibles hojaldras. Este es un pan que agrada al paladar de la mayoría de las familias mexicanas, por lo que en los últimos años, los maestros panaderos se han dado a la tarea de reinventarlo y añadirle más sabores para darle su toque personal.
En entrevista para Imagen Poblana, Nadia Montiel Vidal, comerciante y panadera desde hace más de siete años, comentó la forma en que ella y su familia han reinventado las clásicas hojaldras para añadirle sabores únicos que agradan a personas de todas las ciudades. De igual forma, sostuvo que, si bien es algo normal y aceptado que se den estas nuevas combinaciones, lo ideal es que las ofrendas continúen principalmente con las hojaldras tradicionales.
Hace 7 años, Nadia y su familia empezaron con su negocio de pan llamado "Iziko: Tradición Familiar", ubicado en la avenida 25 Poniente, en la colonia Los Volcanes. Desde el primer año de su fundación se adentraron en la venta de hojaldras en la temporada del Día de Muertos, iniciando la primera semana de octubre y llegando hasta la festividad mencionada. Casi de inmediato, a los dos años, fue que empezaron a incursionar con las combinaciones y experimentos de sabores de hojaldras rellenas.
Gracias a la madre y un hermano de Nadia, quienes iniciaron con las hojaldras rellenas, ahora cuentan con una amplia variedad de sabores que son del agrado principalmente de los jóvenes, pues para ellos representa una novedad. Actualmente los sabores que tienen a la venta son cajeta, chocolate, nata, crema batida, queso con zarzamora, Nutella y Nutella con queso, con precios que va de los 40 a 45 pesos las de nata y Nutella. Su sabor más especial es una hojaldra rellena con nata hecha por ellos mismos y adicionada con nuez.
No obstante, las recetas que crearon su madre y su hermano no eran las que hoy conoce la gente, ya que más allá de priorizar los rellenos, solo se centraban en cambiar los sabores agregando canela, nuez, azar con nuez y chispas de chocolate.
Sobre la preferencia a la hora de comprar, Nadia dijo que en realidad todas las hojaldras se venden igual, pues cada una tiene su público específico. A los adultos mayores son a los que les gustan más los sabores tradicionales, pero a los jóvenes son a quienes les llaman más la atención las hojaldras rellenas de crema, nutella u otro ingrediente, siempre y cuando sean dulces al paladar.
Su éxito ha sido tal que su hija, al ser estudiante, lleva hojaldras rellenas sobre pedido a la escuela para sus compañeros, pero también para sus maestros, aunque ellos piden más la normal.
"Todo lo que es relleno, lo que se dice gourmet, son para los chavos que hoy les gusta todo, y ya el sabor tradicional lo busca la gente adulta o quienes no le gusta todo lo azucarado", comentó Nadia.
Si bien ya probó la aceptación de las hojaldras rellenas, Nadia explicó que en esta temporada están dispuestos a experimentar y llevar los sabores un paso adelante. Su próxima creación será una hojaldra que, en lugar de llevar el relleno por dentro, lo tendrá como si fuera una dona, es decir, por encima, y los ingredientes serán principalmente crema batida, avellanas, nuez y chantillí.
Naturalmente, Iziko no es el único lugar donde han probado estos experimentos, pues en algunos establecimientos del estado inclusive les han adicionado chilaquiles, casi convirtiendo la hojaldra en una torta. Nadia comentó que ella pinta su línea con este tipo de experimentos, ya que al mezclarla con un alimento tan cargado para ella es ir demasiado lejos. A lo mucho experimentaría con hojaldras que ya llevan ajonjolí y agregarles un poco de mole, pero nada más.
Respecto al hecho de que haya quienes agreguen estas hojaldras tan extravagantes a sus ofrendas, nuestra entrevistada afirmó que es una decisión propia y la respeta, pero lo ideal es conservar la tradición y solo agregar las hojaldras tradicionales. Además de que es la que se ha usado por años, esta tiene un olor específico, por lo que debe ser la única en las mesas y las rellenas son más para degustar.
"Es bueno experimentar, probar y saber, porque no a muchos les gusta. A mí, por ejemplo, vienen y me dicen 'no tiene ninguna sin nuez', y tú piensas que a todos les gusta la nuez, y no. Sí es bueno innovar e ir haciendo nuevas formas, pero no es como que pongas una tradicional", finalizó Nadia.