Clímax de Gaspar Noé: Cuando el terror se convierte en una danza sicodélica

Clímax de Gaspar Noé: Cuando el terror se convierte en una danza sicodélica

Si las escenas sangrientas, las historias paranormales y los asesinos seriales ya no te generan el mismo miedo que antes, lo más probable es que necesites explorar nuevos horizontes y subgéneros. Para continuar con la cuarta entrega de nuestro especial de películas de terror, hoy hablaremos de una producción del argentino Gaspar Noé que se presenta como un escenario crudo sobre las relaciones personales, así como nuestro comportamiento frente a cuestionamientos morales y éticos. 

 

Dentro del cine de terror, los subgéneros como el slasher, lo paranormal, el gore y hasta el terror con animales suelen ser los más populares, pero existen otros escenarios verdaderamente escalofriantes para explorar aquello que filósofos y académicos se han cuestionado desde hace siglos: la naturaleza humana

 

 

"Clímax" es una película belga-francesa de terror sicológico que también incorpora escenas con un corte al estilo musical. Fue escrita, coeditada y dirigida por Gaspar Noé. La premisa gira en torno a un grupo de jóvenes bailarines que accidentalmente beben LSD mezclado con sangría durante una tormenta de nieve que los deja encerrados en un gimnasio, provocando que su ensayo se convierta en una pesadilla cuando uno a uno siente las consecuencias de una crisis sicodélica colectiva. 

 

Los musicales no suelen ser el género más popular del mundo y, dentro de una película de terror, pueden sonar un poco extraños. Sin embargo, no te dejes confundir por este recurso, ya que las puestas en escena están acompañadas de un soundtrack de música techno que permite una mejor expresión corporal de los actores, generando una danza atrayente que se vuelve más compleja a medida que avanza la historia. 

 

 

En este punto, la corporalidad se convierte en el foco principal, ya que al principio no conocemos el estado de intoxicación de los bailarines, pero es evidente el cambio en sus expresiones y cómo poco a poco desembocan en una sicodelia colectiva. Aquí es donde la audacia del director se destaca, ya que el terror comienza no por el consumo de alguna droga, sino porque cada personaje comienza a expresar su verdadera naturaleza: celos, amores prohibidos, abuso de drogas, abortos, violación y una clara falta de empatía son solo algunos de los elementos más destacados. 

 

La película tiene una duración de unos 95 minutos, pero los personajes nunca permanecen quietos. Si no están montando una coreografía en el salón principal, están recorriendo las habitaciones con luces neón donde la desesperación y el frenesí son más que evidentes. Los planos aéreos son un punto a favor de la película, ya que este cambio de perspectiva te permite observar todo como un narrador omnipresente, pero sin la posibilidad de intervenir o comprender el motivo detrás de cada acción. 

 

Aunque la película está protagonizada por Sofia Boutella, alrededor de ella se desarrollan muchas historias, cada una con su propia premisa. Por un lado, su compañera de danza la acusa de acaparar la atención, lo que desencadena celos y rabia. Por otro lado, un menor de edad, hijo de una de las bailarinas, se queda atrapado en una habitación sin agua ni comida debido a la negligencia de su madre y su intento de protegerlo ante su percepción alterada de la realidad. 

 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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La incomodidad y la impotencia ante ciertos escenarios son el verdadero punto de tensión para el espectador, quien en más de una ocasión se cuestionará la moral de los personajes. Aunque estas acciones son recurrentes en nuestra sociedad, desde las agresiones sexuales hasta los sesgos de conciencia. 

 

En una entrevista con la revista Vice, Gaspar Noé declaró que rodó "Clímax" en tan solo 15 días. Para dirigir a los bailarines, se les daba café o se les ponía música que los emocionaba para mantener alta la energía. También se les mostraban videos de "malos viajes" con drogas en YouTube. Estas técnicas valieron a Noé premios en el Festival de Cannes en la categoría Art Cinema Award: Quincena de Realizadores, en el Festival de Sitges a la mejor película y en el festival Méliès d'or, también por mejor película. 

 

 

Si te animas a ver esta película, no esperes algo en particular. Sin embargo, elementos como la incomodidad, la impotencia, la racionalidad y el ego estarán presentes en cada escena. Si eres de estómago sensible, te recomendamos no comer mucho, o podrías tener un incidente a mitad de la película. 

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