No, en la guerra no todo se vale; estas son las reglas

No, en la guerra no todo se vale; estas son las reglas

Foto: FreePik

En los últimos meses, el mundo ha sido testigo de los múltiples conflictos armados que se intensifican y cuestan la vida de miles de personas, en ocasiones por medio de actos atroces que son catalogados como crímenes de guerra. Aunque la guerra ya es un acto de prácticas poco compasivas, inclusive estas tienen ciertas reglas y normas que tienen el objetivo de reducir los impactos del conflicto.

 

Hace más de año y medio estalló la guerra entre Rusia y Ucrania y desde entonces se ha acusado a un lado y a otro de cometer crímenes de lesa humanidad. Hace unos días se intensificó el conflicto entre Israel y Hamás y con ello llegaron nuevas imágenes de crímenes de guerra contra israelíes y palestinos. Aunque un dicho sugiere que "en la guerra todo se vale", la realidad es que hay pautas a seguir para minimizar el dolor en estos escenarios.

 

Se le conoce como Derecho Internacional Humanitario (DIH) a las reglas que deben ser respetadas por los países en medio de un conflicto, abarcando lo que se puede y no se puede hacer. Su máxima prioridad es que, en medio de los combates, se resguarde la humanidad en la medida de lo posible para que se salve el mayor número de vidas posible y se evite el sufrimiento de las personas.

 

 

El DIH se rige sobre dos normas generales para los combatientes: que se debilite al enemigo y que se límite el sufrimiento. Este, a su vez, se basa en los Acuerdos de Ginebra firmados por 196 países el 12 de agosto de 1949, comprendiendo desde la protección a civiles no involucrados en el conflicto, hasta a los combatientes de campo, personal destinado al alivio de heridos y de organizaciones humanitarias.

 

¿Qué dicen los Convenios de Ginebra?

 

Dentro de los Convenios hay cuatro apartados singulares que hablan sobre sobre los sectores a los que se debe proteger. El primero es referente al alivio de los heridos y enfermos combatientes en medio de la guerra. En este convenio se hace alusión al estricto respeto que se debe tener sobre el personal sanitario y de auxilio, a fin de que se respete el derecho a curar a quienes están debilitados o incapacitados en el combate.

 

Aquí se estipula que las personas encargadas de brindar servicios de salud y cuidado, en todo momento deberán estar debidamente identificadas con las tarjetas distintivas y ubicados en zonas delimitadas para sus labores, bajo el entendido de que en ningún momento deberán entrar en combate ni deberán ser agredidos.

 

En el segundo convenio se aborda lo relacionado a la ayuda y el respeto que se le debe brindar a los enfermos y náufragos de las fuerzas armadas en el mar, es decir, a las personas que por amaraje forzoso o caída estén navegando en el agua. En caso de ser capturados, la parte que los tenga en su poder deberá tratarlos con humanidad sin importar su raza, género, nacionalidad o religión.

 

Además, está estrictamente prohibido atentar contra su vida o someterlos a algún tipo de tortura, o bien usarlos como sujetos de experimentos biológicos. Los buques donde sean transportados heridos o civiles deben ser respetados en su totalidad.

 

En tercer convenio alude a uno de los puntos más controversiales y que siempre levantan disputa entre las partes de un conflicto: el trato a los prisioneros de guerra. Este tratado afirma que la personas que sean capturada deberán ser tratados con humanidad y con apego a sus derechos humanos, quedando estrictamente prohibida la tortura, así como cualquier tipo de atentado contra su integridad física o su vida, además de que no podrá ser sometido a actos humillantes o degradantes.

 

En última instancia, este convenio obliga a que todos los prisioneros de guerra deben ser liberados y regresados a sus lugares de origen tan pronto el conflicto llegue a su fin.

 

Por último, está el que para muchos es el convenio más importante durante el desarrollo de una guerra, que es el relativo a la protección de civiles en momentos de combate. Este es aplicable para todas las personas que no participen directamente en las hostilidades y también para aquellas que estén en territorio ocupado. De igual manera, es ilegal atacar a civiles no armados como a las viviendas intencionalmente.

 

En todos los casos, el convenio llama a que los civiles que quedan atrapados en medio de una guerra tengan garantizado su trato humanitario y protección. En medio de una guerra las partes involucradas deberán disponer de espacios seguro para la atención y cuidado de heridos.

 

Una regla que aplica para todos los que participan directamente en un conflicto armado es que hay cierto tipo de municiones que están prohibidas para su uso en combate. Parte de las restricciones incluyen armas químicas, balas expansivas, bombas de racimo, explosivos con peso de menos de 400 gramos, armas envenenadas, armas biológicas, láseres cegadores, así como diferentes tipos de minas.

 

Con las guerras que más han llamado la atención, más aquellas que pasan por debajo del ojo mediático, se ha vuelto común que el DIH sea ignorado sin mayores consecuencias. ¿Qué pasa en estos casos?

 

Los llamados crímenes de guerra tienen como consecuencia que los estados que cometieron la infracción deben reparar completamente la pérdida o lesión causada. Anteriormente se consideraba que solamente los estados eran sujetos de consecuencias, pero ahora los individuos también pueden ser responsabilizados con juicio acorde a los crímenes cometidos.

 

Las investigaciones pueden ser efectuadas por cualquier estado, sea responsable o "efectuado", o por instancias internacionales como los tribunales internacionales o por la Corte Penal Internacional, que es el máximo órgano en materia penal. Algo que es universal y aplica igual para todos es que los juicios e investigaciones no se harán hasta que los conflictos lleguen formalmente a su fin.

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