¡Que se cae Xóchitl! ¡Que se cae!

¡Que se cae Xóchitl! ¡Que se cae!

Una vez más aquel trillado aforismo atribuido al cacique potosino Gonzalo N. Santos cobra vigencia.

 

Usted lo sabe y bien que lo recuerda.

 

En algunos espacios periodísticos sus autores –que “son como los perros de rancho, pues sólo el que va adelante sabe por qué y a quién le ladra, los demás sólo lo secundan"-- ya “desinflaron” a la virtual candidata del Frente Amplio por México (sociedad civil + PAN + PRI + PRD) y hasta hay quienes se animan a aconsejar el “relanzamiento” de Xóchitl Gálvez.

 

¡Que se cae Xóchitl! ¡Que se cae!

 

Y todo ello a partir de ciertas encue$tas recién que son falaces.

 

Usted también lo sabe bien:

 

Todas las falacias son razonamiento que vulneran alguna regla lógica. Así, por ejemplo, se argumenta de una manera falaz cuando en vez de presentar razones adecuadas en contra de la posición que defiende una persona, se la ataca y desacredita: se va contra la persona sin rebatir lo que dice o afirma.

 

Van en contra de la lógica esos estudios demo$cópicos que tienen detrás intereses que han quedado al descubierto apenas han sido dadas a conocer.

 

Ahí tiene usted el que le da un inmenso margen de diferencia a Claudia Sheinbaum, la “corcholata” favorecida por su “destapador”, mismo que la opinión pública en las redes, y la opinión política en medios no comprometidos identificó como una suerte de “favor” a la hija del editor del medio en el que se divulgó.

 

O esa otra encuesta, en otro diario, que se ubicó como retribución a contratos de renta y mantenimiento de vehículos durante la fallida gestión de la ex jefa del gobierno de CDMX.

 

Y hasta la del periódico extranjero con edición especial para nuestro país que se observa como retribución a un contrato para transportar a la frontera del norte, vía terrestre, a los migrantes que arriban por la frontera sur.

 

Merma la credibilidad de esas encuetas el interés que hay detrás.

 

Y, en automático, se convierten en estudios estadísticos falaces.

 

Twain y sus tres mentiras

 

Mark Twain, uno de los escritores más famosos del siglo XIX, popularizó a partir de su escrito en My Autobiography que existen “tres tipos de mentiras: mentiras, malditas mentiras y estadísticas".

 

El sentido original de la expresión hacía referencia a lo fácil que puede ser engañar mediante la presentación astuta de los datos.

 

Desde que se popularizaron las encuestas en materia electoral, los datos estadísticos son a menudo utilizados de manera engañosa para sesgar los resultados y hacer que las cosas parezcan mejores de lo que realmente son.

 

Twain vio esto como una forma de mentira y engaño, y su famosa frase refleja su desconfianza en el uso de las estadísticas o encuestas como una herramienta de propaganda.

 

Lamentablemente, en México esto ya se volvió inveterada costumbre del partido en el poder.

 

Lo hizo antes el PRI.

 

Lo hace ahora el viejo PRI convertido en Morena.

 

Usan las encuestas falaces para promover a sus candidatos…

 

… para insinuar que ya no tiene caso que la ciudadanía salga a votar…

 

… que desde ahora ya se sabe quien va a arrasar en las urnas ¡dentro de ocho meses y medio!

 

No. Xóchitl Gálvez no se cae.

 

Ni se “desinfla”.

 

Ni necesita un “relanzamiento”.

 

Si se estuviera cayendo, por simple lógica los cuatroteros no necesitarían echar mano de las encuestas falaces, ¿no cree usted?

 

 

 

Indicios

 

Otra de cuatroteros: Ya es un escándalo nacional la cínica declaración del gobernador sinaloense Rubén Rocha Moya de como es que él protege a los acosadores y abusadores sexuales: los lleva a su oficina. Ahí los mantiene ¿o esconde?, pues al fin y al cabo en ese su espacio personal “no hay mujeres”. ¿Denuncia penal? No. ¡Protección! * * * A propósito de “otros datos”. ¿Ya cambiaron la forma de registrar estadísticamente el número de homicidios? Parece casi imposible un descenso de alrededor de 30 por ciento de un año para otro cuando todos los días recibimos noticias espeluznantes de asesinatos y homicidios. Andan con un jueguito perverso entre desaparecidos y homicidios dolosos. En números totales es una cantidad sin precedentes de homicidios dolosos en un mismo período sexenal. Más de 167mil vs 117mil en el sexenio de EPN. El tema es la opacidad en todo. Faltan 360 días que ojalá pasen rápido, pues la perversidad de AMLO y de algunos de sus cercanos no tiene límite. Por esa razón se niegan a que el INAI pueda trabajar como lo establece la Constitución. * * * A propósito, el comisionado del INAI Adrián Alcalá Méndez dio a conocer que Petróleos Mexicanos debe dar a conocer el Proyecto de Construcción e Instalación de la Refinería Olmeca, en Dos Bocas, Tabasco, así como el reporte de avances, los cronogramas y calendarios. Un obstáculo que debe salvar la zacatecana Rocío Nahle antes de emprender la huida hacia la candidatura cuatrotera al gobierno de Veracruz. * * * Escribe don Luis R. Melgar, lector consuetudinario de este Índice Político: “Se me hace muy sospechosa la actitud del rector de la UNAM. Hace unos meses estaban investigando el plagio de la tesis de Yasmin Esquivel. De repente, algunos investigaron al rector y descubrieron que en un año había hecho gastos muy por encima de sus ingresos. Muchos millones de diferencia. Luego ya no se supo nada. ¿Por qué? ¿Lo perdonaron o tuvieron un acuerdo de secrecía? Y ahora, de repente, la UNAM empieza a ‘investigar’ la tesis de la opositora de AMLO y Sheinbaum, o sea Xochitl. ¿No se le hace sospechoso? Yo tengo una hipótesis: ¿Qué tal si descubrieron algo turbio (corrupción, desvío de recursos) en los gastos del rector Enrique Graue? Hablaron con él y tal vez negociaron: ‘Te perdonamos tu corrupción, a cambio de que dejes de intentar anular el título de Yasmín. Y de que ahora nos ayudes a desprestigiar a Xóchitl o a cualquier candidato de la oposición. Si no aceptas, sacamos a la luz lo de tus gastos y puedes ir a la cárcel’. Como le digo, es solo una hipótesis, puede ser que el rector sea el más honesto del planeta, pero existe un dicho dice piensa mal y acertarás.” * * * Y por hoy es todo. Le deseo, como siempre, ¡buenas gracias y muchos, muchos días!