Guerras, violencia y conflictos, el panorama sin fin en Medio Oriente

Guerras, violencia y conflictos, el panorama sin fin en Medio Oriente

Foto: Xinhua

Una vez más, el Medio Oriente está en un nuevo conflicto armado declarado, en esta ocasión los crecientes ataques entre Israel y Hamás, que han costado cientos de vidas, tanto de combatientes de ambos bandos como de civiles que quedan atrapados en el fuego. Es precisamente en esta parte del mundo que se ven con frecuencia guerras y conflictos políticos que parecen no tener fin.

 

El Medio Oriente no es una zona que se rige de la misma manera, ya que son varias culturas las que convergen y son múltiples los países que la conforman, la mayoría de Asia central y del norte de África, muchas con una característica común: el islam. Las desavenencias en este rincón no podrían entenderse sin la intervención de estados extranjeros, el intento por controlar determinados territorios, además de los desacuerdos políticos y religiosos.

 

La disputa entre Israel y Palestina empezó hace más de 70 años, en 1948, cuando inició la ocupación sionista en el territorio que un día le perteneció a Palestina, un problema que no ha hecho más que escalar hasta hoy, con una declaratoria total de guerra. Se cree que fue este hecho el que marcó el futuro de la región, pues a raíz de esto se vive en constante pugna.

 

No obstante, antes de la primera guerra mundial que estalló en 1914 la mayoría del territorio pertenecía al Imperio Otomano, pero luego de que este fuera derrocado por Francia y el Reino Unido, ambos países se repartieron el control de la zona. Los ingleses se apoderaron de Irak, Palestina y Transjordania, mientras que los franceses se quedaron con Siria y Líbano.

 

Los primeros grupos de judíos se asentaron pacíficamente en Palestina, pero con el holocausto perpetrado en la segunda guerra mundial millones de judíos europeos comenzaron a migrar desenfrenadamente, lo que supuso una ocupación más pronunciada. Bajo el mando inglés, surgieron dos grupos, quienes pedían la ocupación total judía y la libertad palestina.

 

Derivado de esta situación, además del evidente problema entre Israel y Palestina/Hamás, han surgido otros inconvenientes en diferentes partes de la región. Uno de los más recientes que sigue activo a más de 12 años es el conflicto en Siria que arrancó con la llamada "primavera árabe". Al menos 250,000 personas han muerto y cerca de 11 millones han sido desplazados o son refugiados.

 

Por otra parte, en Irán también es común ver cómo las guerras inician y no cesan de manera definitiva. En 1979, estalló la revolución iraní para derrocar al régimen de Mohamed Reza Pahlavi, dando paso al islamismo. Posteriormente estalló una guerra más, en aquella ocasión contra Irak, iniciando en 1980 y terminando en 1988.

 

También están las guerras en Yemen, detonada en 2015 con más de 400,000 muertos hasta la fecha, Afganistán sitiada por los talibanes en 2001, con los que más de 23 millones sufren hambre y 8.7 millones viven en situaciones de emergencia, además de las claras violaciones a los derechos humanos que se cometen en contra de las mujeres, a quienes no se les permite estudiar.

 

¿A qué se debe que en todos los casos parezca que la situación nunca cambia? Cómo se mencionó anteriormente, uno de los principales factores por los que la mayoría de los combates no termina es que entre los adversarios hay fuertes diferencias religiosas que han dado pie a la proliferación de grupos extremistas.

 

Agrupaciones como Al-Qaeda, a la que se atribuyó el ataque a las torres gemelas en el 2001, ganaron fuerza e instauraron un régimen talibán, por lo que se dio una fuerte intervención de Estados Unidos y los países de la OTAN contra Afganistán. Derrocados los talibanes y asesinado Osama Bin Laden en 2011, las tropas estadounidenses se retiraron en 2021 y los pocos grupos de talibanes restantes volvieron a ocupar el país.

 

Más intervenciones extranjeras se han dado como la de Irak entre 2003 y 2011 con el argumento de que, supuestamente, Saddam Hussein tenía en su poder armas de destrucción masiva, algo que nunca se demostró. Con estas acciones se han dado levantamientos de grupos rebeldes que se disputan el territorio y las riquezas naturales como el petróleo, pero cuando los ejércitos extranjeros se van, nuevamente se instauran regímenes como el talibán.

 

Por último, está la vertiente de los estados que apoyan de manera indirecta, es decir, con financiamiento a los grupos armados. Rusia, Estados Unidos, Irán, Catar y Arabia Saudí son los que más financian a los grupos para que continúen luchando indefinidamente. Egipto y Jordania reciben al menos 1,000 millones anualmente de EU, prolongando más y más la guerra.

 

Con todo esto, las guerras continúan teniendo como línea el sufrimiento de millones de personas que están varadas en sus lugares de origen. Debido a la falta de políticas que acerquen a la paz, en ningún caso hay vencedores y casi siempre hay más perdedores.

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