A pesar de que el año electoral lleva de manera oficial solo un mes, es evidente que los actores políticos ya empiezan a moverse para asegurarse un nuevo puesto de cara a las elecciones del 2024. El llamado “chapulineo” partidistas se hace presente, en esta ocasión teniendo como protagonista al diputado federal Rommel Pacheco, quien fue blanco de críticas luego de abandonar el PAN para sumarse al proyecto político de Claudia Sheinbaum, en Morena.
El exclavadista llegó a la Cámara de Diputados en 2021 bajo el ala del PAN, siendo el representante del distrito tres de Yucatán. En más de dos años ha pasado sin demasiada notoriedad por sus proyectos legislativos, pero se le recuerda por oponerse a proyectos de ley oficialistas, uno de los más notables la reforma eléctrica propuesta por Andrés Manuel López Obrador.
La llegada del diputado a Morena junto a Sheinbaum dio de qué hablar, toda vez que los panistas no lo bajan de traidor, mientras que los morenistas señalan su oportunismo. Rommel es uno más de los deportistas que incursionan en la política y a los que se les tacha de arribistas, por lo que han caído del agrado de la gente luego de dar alegrías por sus proezas en el deporte.
En nuestro país se ha hecho común que las personalidades de la farándula y el deporte busquen puestos de elección popular, ya sea por convicción propia o por estrategia de los partidos para conseguir votos y así salvar su registro. Algunos lo han logrado y con ello se han convertido en figuras polémicas debido a sus nulos resultados, manchando su legado.
Quizá la más notable de los últimos años es la atleta Ana Gabriela Guevara, quien se ha “distinguido” por manejos irregulares y falta de empatía con los deportistas nacionales. Con el inicio de la administración de López Obrador, en diciembre del 2018 ella se convirtió en la titular de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE), lo que se pensó como un cambio positivo por tener a una atleta al frente de la instancia más importante en el país.
En estos casi cinco años, la realidad ha sido completamente opuesta, ya que los apoyos a atletas nacionales se han recortado y los escándalos sobre corrupción no han faltado. Ha cortado presupuesto para diferentes disciplinas y a los participantes de juegos panamericanos, además de que se le señaló por actos de extorsión. Por si fuera poco, bajo su mandato en los últimos Juegos Olímpicos de Tokio 2020 la federación mexicana solo ganó cuatro medallas, todas de bronce. Siempre la han respaldado desde la presidencia y nunca se ha planteado su remoción del cargo.
Otra figura conocida es el exfutbolista Cuauhtémoc Blanco, quien inició su carrera en la política desde el 2015 como presidente municipal de Cuernavaca, para luego convertirse en el gobernador de Morelos en 2018. El “Divo de Tepito” incursionó con el PES y desde entonces su popularidad no ha hecho más que caer, pues actualmente cuenta con más de 52 % de desaprobación, esto como resultado de sus políticas y un ausentismo pronunciado con los morelenses.
De acuerdo con la plataforma Semáforo Delictivo, Morelos es uno de los 14 municipios más inseguros del estado con altas tasas de homicidios, extorsión, robo a vehículos y a casa habitación. AMLO lo ha defendido excusando que dichas mediciones son por un tema electoral y, supuestamente, están lejos de la realidad del estado. Solo por unos días, Cuauhtémoc insinuó que le intentaría buscar la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México.
Otro exfutbolista que estuvo en la CONADE fue el goleador del Cruz Azul, Carlos Hermosillo Goytortúa, esto durante el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa. Al igual que Ana Guevara, fue señalado por manejo irregular de recursos públicos, ya que en 2008 la Auditoría Superior de la Federación detectó más de 6 millones de pesos destinados a “servicios profesionales”.
En 2009, Hermosillo renunció a la CONADE, no por las irregularidades, sino para buscar otro cargo, una diputación con el PAN por el distrito federal XVI de Veracruz, aunque en aquel momento el vencedor fue el polémico Javier Duarte Ochoa.
Los futbolistas son los que más han estado en la gestión deportiva con polémicas y un caso más de los hechos es el exseleccionado nacional Carlos Albert Llorente. En el 2000, Carlos Albert fue nombrado el titular del Instituto del Deporte en el Distrito Federal, pero más temprano que tarde, en el 2001, salió del puesto envuelto en escándalos de malversación de fondos en la rehabilitación de la Ciudad Deportiva de la Magdalena Mixhuca y en la organización del Maratón de la ciudad.
El exjugador del Necaxa fue inhabilitado para ocupar cargos públicos por 10 años, pero en 2003 promovió un juicio que ganó, con lo que se anuló dicha sentencia y está nuevamente disponible para la política.
Uno de los ídolos poblanos que decepcionó en su trabajo de servicio público fue el legendario Roberto Ruiz Esparza, quien estuvo en la política como diputado federal del PAN en 2003 y luego como director general del Instituto Poblano del Deporte y la Juventud en 2015. No solo dejó resultados pendientes para el deporte poblano, sino que fue llamado a comparecer ante el Legislativo en dos ocasiones.
Lo primero fueron supuestas deudas millonarias, pero el caso más sonado y que tuvo mayor repercusión fue la comparecencia en 2018 a la que se le llamó por la falta de claridad en el manejo de, al menos, 51.3 millones de pesos. Estos hechos costaron que la CONADE cortara la entrega de recursos al instituto hasta que se aclararan los hechos.