¿Light o normal? En cuestión de refrescos no hay una opción sana

¿Light o normal? En cuestión de refrescos no hay una opción sana

Foto: FreePik

A estas alturas de la vida, gran parte de la población mexicana está consciente de que los refrescos son bombas de azúcar que pueden propiciar diversas enfermedades crónico-degenerativas; para atender las demandas de productos "más sanos", al mercado llegaron los refrescos light o sin azúcar. Pero ¿este tipo de bebidas en realidad cumplen lo que prometen?

 

Para comenzar a abordar las diferencias entre las bebidas convencionales y las cero azúcares, debemos entender que no hay gran diferencia en cuanto a su valor nutricional, ya que ambas tienen la misma composición base, la única diferencia sería el uso de edulcorantes.

 

Lo primero a destacar, es que los refrescos normales contienen azúcar en su composición, mientras que los refrescos light o sin azúcar poseen edulcorantes artificiales, las cuales son sustancias químicas que se utilizan para endulzar los alimentos y bebidas sin agregar calorías. Algunos ejemplos de edulcorantes artificiales comunes son el aspartamo, la sacarina y la sucralosa.

 

Hasta este punto, todo parece estar bien, utilizar sustitutos para reducir las azúcares y calorías suena como una buena alternativa, pero debes de saber que estos productos químicos representan riesgos a la salud.

 

Para entender un poco más sobre los riesgos de estas bebidas, tomemos el ejemplo de Coca Cola, una empresa que cuenta con una bebida base, la cual tiene un alto contenido de calorías y azúcar, pues una lata de 355 ml contiene aproximadamente 140 calorías y 39 gramos de azúcar.

 

Por otro lado, la Coca Cola Light, una versión de la bebida que se ha diseñado para tener menos calorías y azúcares, utiliza un edulcorante artificial llamado aspartame para darle sabor a la bebida, provocando que una lata de 355 ml contenga solo 1 caloría y menos de 1 gramo de azúcar.

 

Pero el uso del aspartame ha estado en controversia desde hace algunos años al ser tachado como un componente cancerígeno. Esto deriva de la compra de Monsanto a la empresa encargada de producir el sustituto.

 

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A mediados de este año, diversas investigaciones confirmaron lo que muchos temíamos, el aspartame es un edulcorante cancerígeno. Desde 1995, diversos investigadores ya indicaban qué el aspartame presentaba efectos secundarios neuropsíquicos como dolores de cabeza, insomnio, irritabilidad, depresión, fatiga, vértigo, problemas visuales, gastrointestinales y hasta menstruales, y cuando se consume en grandes cantidades puede provocar inhibición del supresor del apetito.

 

De esta forma, podemos deducir que al hablar de refrescos no existen alternativas "sanas", pues el consumo de estas bebidas en su versión normal contribuye a la obesidad y otros problemas de salud. Así que, la próxima vez que quieras tomar algún refresco, tal vez quieras pensarlo dos veces u optar por alternativas naturales.

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