Inaugura Ibero “Diálogo Nacional por la Paz”

Inaugura Ibero “Diálogo Nacional por la Paz”

Foto: Enfoque

En el marco del Día Internacional de la Paz, en la Universidad Iberoamericana de Puebla se inauguró el foro “Diálogo Nacional por la Paz”, donde se busca crear una agenda nacional de paz y seguridad de manera interdisciplinaria de la mano de especialistas y líderes religiosos de México. 

 

Este foro inició hoy y terminará el próximo 23 de septiembre. En el espacio se darán ponencias, se harán propuestas alternativas para construir paz, y se presentarán testimonios de sobrevivientes de la violencia que se vive en México. 

 

Mario Patrón Sánchez, rector de la Ibero, dio el mensaje inaugural de Diálogo Nacional por la Paz, donde destacó el contexto que se vive en México, donde la violencia generalizada es un impedimento para el desarrollo social. 

 

El rector sostuvo que las causas de violencia más identificadas en la nación son las desigualdades socioeconómicas, la falta de oportunidades para los jóvenes, así como el individualismo propiciado por el sistema económico, siendo estos los factores más notables del deterioro social que acrecienta la violencia. 

 

Explicó que es importante que las autoridades y gobiernos acepten su responsabilidad, pues es un hecho que han fallado a la ciudadanía en su labor de proteger y salvaguardar la tranquilidad social. 

 

 

Patrón Sánchez mencionó la figura de los sacerdotes jesuitas, Javier Campos y Joaquín Mora, quienes fueron asesinados a manos del crimen organizado en la Sierra Tarahumara de Chihuahua el 20 de junio del año pasado. Acotó que su nombre y labor deben tomarse como un punto de inflexión para actuar y empezar a instaurar una nueva cultura de paz. 

 

“Que sea un punto de inflexión en el devenir de México, que propicie la colaboración integral y en red de todos los actores de la vida pública para la construcción urgente de una agenda nacional de paz, a la altura de la complejidad de los problemas actuales”, dijo Mario Patrón. 

 

En el lugar estuvo el arzobispo Victor Sánchez Espinoza, quien hizo un llamado a unirse al dolor de las miles de personas víctimas de la violencia en México. Dijo que se han celebrado foros y conversatorios en los 32 estados del país y se han reunido con personas para diagnosticar el problema de violencia que se vive en México. 

 

Resaltó la importancia de hacer políticas públicas que construyan una nueva agenda nacional de paz. Gracias al diagnóstico que elaboraron, añadió que próximamente se acercarán para entablar diálogo con las candidatas presidenciales con el objetivo de buscar compromisos en pro de una nueva estrategia de seguridad nacional, lo mismo que con otros aspirantes a puestos de elección popular. 

 

Profundizando en los detalles del diagnóstico obtenido, Hernán Quezada detalló que las preocupaciones más frecuentes son el deterioro del medio ambiente, la falta de confianza en todos los órdenes de gobierno y las dependencias encargadas de impartir justicia, así como la descomposición del tejido social, donde la institución familiar se deterioró y, por la falta de oportunidades, los miembros se han visto orillados a migrar. 

 

De igual forma, explicó que parte del ambiente de violencia que se vive hoy en el país es gracias a las erróneas estrategias de seguridad, principalmente a la fallida “Guerra contra las drogas”, iniciada en el sexenio de Felipe Calderón, cuyas consecuencias han permeado y no han sido rebatidas hasta hoy, ya con Andrés Manuel López Obrador

 

La realidad del país 

 

La primera conferencia magistral del foro, titulada “La realidad del país”, la impartieron Elena Azaola Garrido y Jorge Atilano González, quienes hablaron sobre las complejidades que se derivan de la incesante violencia en México. Por su parte Elena habló sobre las vidas que se han perdido por las olas de violencia de los últimos 15 años, siendo 450,000 personas asesinadas y 111,000 desaparecidas. 

 

 

“Si quisiéramos dedicar un sólo minuto para cada uno de ellos y cada una de ellas, tendríamos que estar en silencio poco más de un año. 389 días en silencio para poder honrar, sólo con un minuto, la memoria de cada uno y cada una de las 561,000 pesonas”, dijo Elena. 

 

En su labor de conocer a cabalidad cómo la violencia afecta a las personas, Azaola mencionó que han conocido localidades donde la gente les cuenta que los más afectados siempre son los menores, ya que son los más susceptibles a ser víctimas del crimen organizado, ya sea porque se les asesine, o bien, porque se les reclute a la fuerza para hacer labores en contra de su voluntad. 

 

 

Para revertir la situación, resaltó la importancia de replantear la forma en que se aborda la inseguridad, ya que los planes de confrontación que se han implementado hasta el momento no han sido eficaces. Darle las tareas de seguridad a los cuerpos militares y orientar esfuerzos a que las policías solo castiguen no ha dado resultados, ya que se han visto rebasados por los grupos del crimen organizado. 

 

En este sentido, criticó las labores legislativas que refuerzan el punitivismo y sólo aumentan penas y sanciones carcelarias de manera absurda, antes de tratar de prevenir la ocurrencia delictiva. Dijo, que esto afecta a los sectores más vulnerables que viven en pobreza o a grupos históricamente marginados, no a los potentados. 

 

 

Relató la historia de un niño tarahumara de nombre “Benito”, quien fue arrestado acusado de homicidio, a pesar de que cometió los actos en legítima defensa. A él no se le dio oportunidad de tener un juicio justo o al menos con alguien que fungiera como su traductor, por lo que fue injustamente encarcelado y ahí, lejos de su comunidad de origen y su familia, se quitó la vida. 

 

 

En su intervención, Jorge Atilano precisó otros fallos de las estrategias de seguridad como el enfoque exclusivo a la detención de los grandes capos de la droga. Cuando esto se da, explicó, los grupos delictivos se fragmentan y terminan por generar un ambiente más violento en el que las autoridades ven rebasadas sus capacidades de respuesta, sumado a la innegable colusión que existe entre cuerpos policiales y criminales. 

 

 

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