Animales de compañía, ¿suplentes del amor humano?

Animales de compañía, ¿suplentes del amor humano?

Foto: Enfoque

En los últimos años es bien sabido que muchas personas, y sobre todo parejas, optan por no tener hijos o formar núcleos grandes y, por el contrario, prefieren suplir esa compañía con mascotas, principalmente con perros. Se ha discutido si esto es una posición egoísta solo viendo por el bienestar individual, o es la elección de quienes buscan otro tipo de amor que no ven cercano en otros seres humanos.

 

Hay varias razones por las que las personas prefieren la compañía animal, antes que procrear un hijo. Ya sea por el encarecimiento de la vida, el poco acceso a servicios y bienes como una vivienda propia, como un acto de compasión por los miles de animales que viven en situación de abandono, o simplemente porque hay personas que no se sienten capaces de cumplir con la demanda de un niño.

 

Esto conlleva a que se encuentre un "consuelo" o parezca una mejor opción tener perros, pero también en los gatos y demás seres vivos que no exigen lo mismo que un ser humano pequeño o grande. ¿Realmente un animal puede suplir el amor o la compañía que se da entre personas?

 

En muchos países de todo el mundo a los animales considera seres sintientes, en algunos inclusive se les reconoce como sujetos con derechos; no obstante, también hay sustento para catalogarlos como seres capaces de dar y recibir amor, por lo que no es una idea infundada que muchas personas los traten de manera especial.

 

En 2016 el investigador Paul J. Zak, publicó una investigación en la que demostró que varias especies de animales, incluidos los perros, son capaces de producir oxitocina en su cerebro. La oxitocina es conocida como la hormona del amor, ya que genera sensaciones relacionadas al cariño, el afecto y la empatía por otros seres.

 

El estudio de Paul Zak no solo confirma la producción de la hormona, sino que detalla que esta se da en diferentes proporciones. En sus pruebas, midió la oxitocina producida entre un perro y una cabra, registrando un aumento más grande de la cabra hacia el perro, llegando a la conclusión de que estaba enamorada del can. Esto también se midió con humanos y sus mascotas, lo que demostró la conexión entre ambos.

 

¿Esto hace que sean suplentes del amor humano? Si bien, esto no es una señal inequívoca, es parte de la evidencia que ha contribuido a construir más leyes que ahora protegen a los animales y ahora también lleguen a considerarse miembros de una familia, como si de hijos se tratara.

 

En México la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) reconoce la "familia multiespecie", en la que ya no solo se integran humanos, sino que también se incluyen a las mascotas como seres sintientes con derechos, mas no objetos o animales sin mayor consideración.

 

Con esto también ya se reconoce desde la ley que hay vínculos profundos y reales entre seres humanos y otras especies. En Puebla recientemente se propuso una ley para que se hiciera oficial el mismo reconocimiento, pues en lugares como la Ciudad de México ya es una realidad.

 

Es un hecho que las relaciones entre humanos y mascotas son generalmente uniones incondicionales y que no representan el mismo tipo de conflictos que hay entre dos personas. Si bien un perro puede ocasionar problemas en edades tempranas, no son situaciones de la misma naturaleza que una ruptura amorosa o un engaño, lo que hace relaciones más placenteras.

 

Al ser una vinculación tan fuerte, la lealtad es el rasgo más común entre humanos y mascotas, por lo que para muchos individuos resulta más reconfortante estar con un animal que con otras personas. Esta es una tendencia que va creciendo, ya que según él INEGI, en México hay al menos 80 millones de hogares con un animal de compañía, un número que no ha hecho más que crecer.

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