En Puebla, familias se disputan el poder de cara al 2024

En Puebla, familias se disputan el poder de cara al 2024

Foto: FreePik

Hace apenas unos días se publicó la convocatoria oficial de Morena para los aspirantes a las nueve gubernaturas que se disputarán en 2024, y en Puebla rápidamente saltaron más perfiles aparte de los que ya se conocían. Uno de los nuevos nombres fue el de Rosario Orozco Caballero, esposa del difunto gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta.

 

Ella se suma a la multitud de nombres que aspiran a ser el abanderado de la izquierda en 2024. Los más conocidos son Claudia RiveraJosé Antonio MartínezOlivia Salomón, Liz Sánchez, Norma Layón, además de los ya conocidos Ignacio Mier y Alejandro Armenta, sumados a Julio Huerta y Rodrigo Abdala.

 

Son precisamente los últimos, Mier, Armenta, Huerta y Abdala, más Rosario Orozco, los más llamativos, ya que representan a varias líneas familiares de la política poblana. Hoy buscan asegurarse de que el poder que un día ostentaban sus parientes, quedé nuevamente en familia. Esta no sería la primera vez que Puebla vive este escenario, ya que en el pasado reciente la gubernatura quedó casi de inmediato entre un matrimonio.

 

La primera cadena familiar que compartió el poder fue la del matrimonio panista Rafael Moreno Valle Rosas y Martha Erika Alonso. Él concluyó su mandato en 2017 y en 2018, tras una jornada electoral polémica donde Miguel Barbosa, candidato de Morena, acusó fraude, el INE dio por buena la victoria de Martha Erika, afianzando la conservación de poder en la familia Moreno Valle-Alonso.

 

El 24 de diciembre del 2018, a menos de un mes de que tomó posesión, Martha Erika y Moreno Valle fallecieron por la caída de su helicóptero. En 2019 la elección se repitió y, ahora sí, el ganador fue Miguel Barbosa Huerta, quien tampoco terminó de gobernar por su repentino fallecimiento el 13 de diciembre del 2022, aunque con él se abrieron más vías para que sus familiares ahora busquen la gubernatura.

 

Julio Huerta Gómez es primo de Miguel Barbosa y durante ocho meses fungió como secretario de Gobernación, pero renunció para buscar el puesto que tuvo en el llamado “barbosismo”. Su mayor impulso durante su precampaña es ser el coordinador en Puebla de Claudia Sheinbaum.

 

En el mismo núcleo está la viuda de Miguel Barbosa, Rosario Orozco, expresidenta honoraria del Sistema Estatal DIF y prima política de Julio Huerta. Desde hace meses se había barajado su nombre para la contienda, pero no fue hasta la publicación de la convocatoria oficial de Morena que confirmó sus aspiraciones. A ella, al igual que Huerta, Olivia Salomón y Antonio Martínez se les liga a la corriente de políticos que le fueron fieles a Miguel Barbosa.

 

Los que en muchas encuestas se colocan en lo más alto son los primos Ignacio Mier Velazco, diputado federal, y Alejandro Armenta Mier, senador. A pesar de que llevan años en la política, nunca han mostrado demasiadas coincidencias, ya que en 2012 ambos apoyaron a candidatos diferentes. Nacho Mier estuvo del lado de AMLO y Alejandro Armenta fue con Enrique Peña Nieto, inclusive burlándose de la victoria del priísta sobre el “socialismo populista de izquierda”.

 

De cara al 2024, los primos ya han tenido fricciones en la búsqueda del poder, pues en mayo de 2022 Alejandro Armenta puso una denuncia ante la Fiscalía General de la República (FGR) por intento de extorsión por parte de un periodista que ya estuvo en prisión y es socio de Mier Velazco. En respuesta, en julio de 2022, Ignacio Mier denunció directamente a su primo, a Miguel Barbosa y a Santiago Nieto, de la Unidad de Inteligencia Financiera, por presunta persecución política.

 

Hoy las diferencias entre ambos son menos notables, pero siguen dando de qué hablar, acusándose mutuamente, por medio de “periodicazos”, de actos indebidos y corrupción.

 

Finalmente, Rodrigo Abdala Dartigues actualmente funge como delegado federal de los Programas del Bienestar y hace años fue diputado, pero su carrera está marcada por ser el sobrino del exgobernador de Puebla, Manuel Bartlett Díaz. Increíblemente, también quiere ser gobernador, al igual que su tío en 1993, por lo que hoy ya se le ve promocionándose en revistas.

 

Él tampoco ha estado exento de polémicas, ya que en mayo de este año se reportó que al menos 15 trabajadores de la Secretaría del Bienestar lo acusaron ante los funcionarios federales María Luisa Albores y Jesús Ramírez Cuevas, de presiones para hacer actos proselitistas a su favor.

 

Si bien la mayoría de los casos están sucediendo en Morena, otros partidos no están libres de la misma práctica. En el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) le han abierto las puertas al hijo del exgobernador Tony Gali, Antonio Gali junior, para la presidencia municipal. Entre 1999 y 2005, el gobernador de Puebla fue Melquiades Morales Flores y en los últimos meses se ha comentado que su hijo, Fernando Morales Martínez, sería el candidato de Movimiento Ciudadano a la gubernatura.

 

Este es un escenario sobresaliente en Puebla, pero no es algo extraño en la política de México, ya que durante décadas los políticos y empresarios se las han arreglado para que sean sus hijos, esposas o familia política los que continúen con sus “proyectos”.

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