Crianza respetuosa, educando fuera de los estándares sociales

Crianza respetuosa, educando fuera de los estándares sociales

Foto: Freepik

La crianza respetuosa es un enfoque educativo que se basa en la teoría del apego de Bowlby. Este estilo de crianza tiene como objetivo principal fomentar una relación segura y respetuosa entre las figuras cuidadoras y el niño, aunque existen muchos detractores que acusan a esta crianza de ser permisiva. 

 

Para entender mejor este concepto, necesitamos hablar de John Bowlby, psicoanalista inglés que consideraba la relación de apego del niño con el cuidador en la primera infancia como un elemento crítico para su supervivencia, desarrollo físico y emocional. Por este motivo, definió el apego como un “imperativo biológico”. Actualmente este concepto permite explicar la naturaleza del vínculo emocional que, desde el nacimiento, se establece entre el niño y sus cuidadores, así como por qué las relaciones afectivas son tan importantes en nuestra experiencia como adultos. 

 

Principalmente, se centra en satisfacer las necesidades emocionales, sociales y físicas de los niños, brindándoles el apoyo y afecto que puedan necesitar en todas las etapas de su vida. 

 

Esto difiere de la forma tradicional de la educación, imperante en la mayoría de países de occidente donde los conductistas o la teoría del refuerzo es lo más utilizado. Este modelo consiste en describir los procesos para incrementar la asociación continuada de una cierta respuesta ante un cierto estímulo, es decir, hacer algo bien para obtener un premio o recompensa (refuerzo positivo).

 

De esta forma, los fundamentos básicos de la crianza respetuosa incluyen:

 

- El amor incondicional. Una filosofía de este tipo de crianza se basa en un sentimiento de amor hacia los hijos que no depende de su comportamiento. 

 

- La empatía se toma como la capacidad para conectar con los sentimientos y necesidades de los niños y ayudarlos a digerir estas emociones. 

 

- La igualdad, un principio que coloca a los niños como iguales, no como seres inferiores

 

Uno de los factores más importantes es el respeto a la individualidad, pues reconocer y respetar que cada niño es único y tiene sus propias necesidades, intereses y ritmo de desarrollo le ayudan a tener un mayor crecimiento personal y un mejor manejo de sus emociones e impulsos. 

 

Es importante aclarar que la crianza respetuosa no es sinónimo de permisividad. La disciplina sigue siendo un componente clave, pero se enfoca en establecer límites de manera respetuosa y positiva. La idea es guiar y enseñar, en lugar de castigar o controlar. 

 

En resumen, la crianza respetuosa es un enfoque que enfatiza el respeto, la empatía, el amor y la comprensión. No se trata de ser permisivo, sino de criar a los niños de una manera que respete su individualidad y promueva su desarrollo emocional y social saludable.

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