El gobierno de Andrés Manuel López Obrador implementó una serie de políticas públicas cuando llegó a la presidencia en 2018, una de las más sonadas fue la de la autosuficiencia alimentaria, un término idealista del cual México está muy distante hoy en día.
Primero que nada, hay que entender que la autosuficiencia alimentaria es un concepto muy abstracto ya que su naturaleza es de percepción y según los indicadores que se quieran utilizar, se podría decir que se ha conseguido, o no, está famosa autosuficiencia.
Tomando en cuenta los parámetros que tiene el gobierno federal, encontramos que la autosuficiencia alimentaria implica un fortalecimiento del campo que permite una mayor producción local de granos como el maíz, frijol, trigo y arroz.
También se requiere de un importante desarrollo agrícola industrial para la producción de leche, carne de res, cerdo, pollo y pescado, los cuales servirían para el consumo interno antes de su exportación a otros países.
La autosuficiencia alimentaria promovida por la actual administración federal también implica la producción de otros insumos como fertilizantes, diesel, abonos, maquinaria y equipo que permita ampliar esta oferta de bienes y servicios en los medios rurales.
En este ideal, el gobierno plantea la autosuficiencia alimentaria como una medida de protección al país ante los constantes cambios que hay en el comercio internacional que repercute directamente en los productos agropecuarios.
La autosuficiencia alimentaria también permite satisfacer las necesidades de los mexicanos con un abastecimiento completo de los alimentos de origen vegetal y animal.
El modelo de autosuficiencia alimentaria de la Cuarta Transformación se centra en la productividad de los pequeños y medianos productores, que representan el 90 % de este sector, así como programas de la Secretaría de Agricultura y de programas para el Bienestar.
¿Es posible la autosuficiencia alimentaria?
Es importante señalar que las autoridades internacionales reconocen que hoy en día no existe una sola nación que pueda presumir ser autosuficiente en el rubro alimentario.
Esto quiere decir que todos los países en el mundo dependen de las importaciones y exportaciones, es decir, que su producción no solamente se queda para el consumo local y que existen productos que necesariamente tienen que ser adquiridos fuera del país.
También es cierto que Andrés Manuel López Obrador es el último presidente en promover esta idea de autosuficiencia alimentaria, aunque no es el primero pues sus antecesores utilizaron dicho término como un modelo de campaña.
Que ningún presidente hasta el momento haya tenido éxito no depende únicamente de la falta de voluntad sino también de las condiciones que tiene nuestro país para llegar a este tipo de metas.
Por ejemplo, año con año han ido disminuyendo el número de tierras agrícolas por número de habitantes, pues hasta principios de la década de los 60 cada mexicano tenía 2.52 hectáreas de tierra agrícola en promedio; pero para el 2019 ya sólo se cuenta con 0.85 hectáreas por cada habitante de este país.
Con esto, México está entre los países con menor número de tierras agrícolas por habitante, situación que se repite si analizamos reproducción total de cereales que ha tenido México por hectárea.
Uno de los ejemplos más destacables es justo el que hace referencia a la producción de maíz pues durante el 2019 fue de 3.81 toneladas por habitante, cantidad que está muy por debajo de otros países como Israel que produce 24.75 toneladas de maíz por habitante.
Esto quiere decir que la situación agrícola actual muestra pocas hectáreas agrícolas por habitantes, una baja productividad en productos como el maíz y el frijol, así como una economía volátil.
Esto dificulta que en algún momento nuestro país pueda considerarse con autosuficiencia alimentaria, por lo que se prevé que México seguirá dependiendo de las importaciones de otros países.