Carlos Salinas de Gortari: un antes y un después en la política mexicana

Carlos Salinas de Gortari: un antes y un después en la política mexicana

Luego de una polémica jornada electoral que para muchos fue un fraude, el 10 de septiembre de 1988 se proclamó ganador a Carlos Salinas de Gortari, haciéndolo el presidente electo de México. Su sexenio es uno de los más recordados en la historia reciente del país, ya que se vivieron grandes transformaciones en el país y México dio un paso importante hacia la globalización

 

Entre 1988 y 1994, Salinas de Gortari fue un presidente con muchos altos y bajos en su mandato, ya que prometía que México pasaría a una nueva etapa en el mundo con sus planes de introducirnos a un mercado global, pero al mismo tiempo despertó el descontento de gran parte de la población y, a pesar de sus reformas económicas, el país estuvo en dificultades en todos los rubros. 

 

Su historia en el camino a la presidencia empezó con aquellas votaciones en las que se dio uno de los mayores escándalos con la famosa caída del sistema. En esa época la organización de las elecciones estaba a cargo de la Comisión Federal Electoral (CFE), un organismo adscrito a la Secretaría de Gobernación (Segob) encabezada por Manuel Bartlett

 

A pesar de que la jornada se celebró el 6 de julio, esa noche, cuando los primeros conteos mostraban una ligera ventaja a favor de Cuauhtémoc Cárdenas, el sistema “se cayó”, la transmisión de Televisa fue interrumpida y por horas no se supo nada del posible resultado. Cuando el sistema reanudó la victoria era para el priísta Salinas, en lo que para muchos es el fraude electoral más grande de la historia. 

 

 

Ya en funciones como presidente, Salinas de Gortari no tardó en beneficiar a personas cercanas al PRI y a él, ya sea con la privatización de activos de la nación, o con ayudas a grandes empresarios. El caso más sonado fue el rescate bancario de 1990 con el Fobaproa, cuando una deuda privada pasó a ser deuda pública. 

 

El Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa) fue creado en 1990 para enfrentar una posible crisis económica, pero el uso que se le dio fue totalmente distinto. En 1994, antes de salir y darle lugar a Ernesto Zedillo, Salinas lo activó para comprar la deuda bancaria que ascendía a 552,300 millones de pesos, haciendo que fuéramos los mexicanos los encargados de pagarla hasta la fecha. 

 

Las empresas de la nación también vieron cambios, puesto que Carlos Salinas apostó por dejarlas en manos de privados. Respecto a la banca, 18 instituciones financieras se privatizaron, incluidas Banamex, Bancomer Serfin, Mermex y Somex. También se privatizaron las mineras Mexcobre y Minera Cananea, además de las aeronáuticas Mexicana de Aviación y Aeronaves de México. 

 

En comunicaciones, Teléfonos Mexicanos (Telmex) pasó a ser del hombre más rico del país, Carlos Slim. Lo mismo sucedió con Imevisión, la cadena de televisión del estado que fue adquirida por Ricardo Salinas Pliego en una oferta de 650 millones de dólares. Sólo contaba con 400 millones y 29 millones más se los prestó Raúl Salinas de Gortari, hermano del presidente. 

 

 

Antes de eso, en 1988 el mandatario firmó el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), un acuerdo con Estados Unidos y Canadá que se anunciaba como la introducción de México al comercio global. Se concretó el 4 de octubre del mismo año y entró en vigor hasta el 1 de enero de 1994, un plan con el que los países firmantes generaban mejores condiciones para comerciar entre ellos, incluyendo la eliminación de aranceles, impuestos y más apertura a la inversión. 

 

No obstante, aunque la idea era que México se fortaleciera en la zona, la realidad es que en todo momento se privilegió a los empresarios de EU y Canadá. La inversión extranjera creció, pero los sectores agrícolas del país se vieron afectados, no se cumplieron promesas sobre la apertura de empresas mexicanas a EU y la economía no mejoró como se preveía para los mexicanos. 

 

Al mismo tiempo de que entró en vigor el TLCAN se dio un hecho que marcó el último año de Salinas de Gortari, el levantamiento en armas del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). El 1 de enero de 1994 el EZLN, en contra del tratado y la recién instaurada Reforma Agraria de 1992 que daba parte del campo mexicano a empresas privadas, se levantó en armas en el estado de Chiapas. 

 

Los territorios que un día le pertenecieron a pueblos indígenas fueron despojados para cederlos a extranjeros y en las zonas menos favorecidas no se dio ningún tipo de apoyo para mejorar su situación. Los ojos del mundo se pusieron sobre México debido a los 12 días que duró el levantamiento y la declaración de guerra. 

 

 

Ya para finalizar, en el marco de la sucesión del poder se dio un hecho que terminó por manchar la imagen del presidente, el asesinato de Luis Donaldo Colosio el 23 de marzo de 1994. El candidato presidencial del PRI era el puntero en las encuestas y con él se hablaba de cambios en la política mexicana y en la vida interna del partido, hasta que, en Tijuana, Baja California, fue asesinado de un tiro en la cabeza. 

 

Inmediatamente los señalamientos se dirigieron hacia el todavía presidente, ya que se decía que había fricciones con Colosio e incluso hubo teorías de que quiso obligarlo a bajarse de la contienda. Naturalmente, Carlos Salinas negó todo vínculo con el magnicidio y nunca se pudo probar algún tipo de implicación. 

 

Todos estos hechos hicieron que, en la idea colectiva, Carlos Salinas de Gortari quedará plasmado como un personaje que marcó para mal la historia del país. Al día de hoy su legado es motivo de discusiones y debates. 

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