Por reglamento, las unidades de transporte público en Puebla –así como en varias partes del país– están obligadas a señalizar asientos preferenciales para adultos mayores, personas con discapacidad, que viajen con niños menores de 5 años o mujeres embarazadas.
Es muy común que, al subir a las diferentes unidades del transporte público, veamos que dichos espacios son utilizados indistintamente por hombres y mujeres, adultos o niños, sin que se les dé el uso preferencial que se pretende.
Esto puede generar la molestia de algunos usuarios, como recientemente pudimos ver en un video que se hizo viral a través de TikTok y que muestra como una mujer discute con un hombre porque este último aparentemente se negó a ceder su lugar.
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Los hechos habrían ocurrido en Monterrey, Nuevo León, y rápidamente se hizo viral debido a las reacciones encontradas por parte de los usuarios, pues una parte considera que el ceder un lugar en el transporte público es un asunto de educación, mientras que otros apelan a que no es una obligación y que tanto hombres como mujeres se cansan por igual.
¿Es obligatorio ceder mi lugar?
En el caso de Puebla. es una obligación establecida en la Ley de Transporte Público del Estado de Puebla el señalizar los lugares reservados para personas con discapacidad, adultos mayores, mujeres embarazadas y personas que viajan con niños pequeños.
De acuerdo con el reglamento de la Ley de Transporte Público, los camiones o autobuses deberán de reservar cuatro asientos para estos grupos; los microbuses y minibuses deben apartar dos espacios; mientras que las camionetas tipo van, también conocidas como combis, solo deben reservar un lugar.
La ley establece que es motivo de sanción que los concesionarios operadores de las unidades de transporte público no cumplan con dicha señalización, pero no es motivo de sanción el no respetar la preferencia de dichos espacios, es decir, ocuparlos aún y cuando no pertenezcas a alguno de los grupos considerados vulnerables.
También se establece que los lugares reservados deben de ser los más próximos a la puerta de ascenso, en tanto que en el sistema de la Red Urbana de Transporte Articulado (RUTA), encontramos que también existen espacios designados para personas con silla de ruedas.
De este modo podemos decir que si por algún motivo ocupas alguno de los espacios considerados reservados y te niegas a cederlo a una persona para la cual están destinados, no estarías violando ninguna ley y por ello tampoco se podría imponer algún tipo de sanción.
¿Es caballerosidad o igualdad?
La mayoría de los conflictos que se han documentado en redes sociales por el uso de los asientos del transporte público, generalmente incluye a un hombre pues son a ellos a quienes se les exige liberar estos espacios para que los puedan ocupar mujeres.
Gran parte del debate surge justamente de eso, pues las personas que apoyan el ceder los lugares, sin importar si son o no los reservados, apelan a la educación, cultura civil y caballerosidad, este último un término ampliamente rechazado por el movimiento feminista.
Sin embargo, las autoridades también apelan a este tipo de situaciones, por ejemplo, a través de su página de internet de la Secretaría de Movilidad y Transporte cuenta con un artículo sobre los asientos preferenciales en el transporte público.
Aquí señala que en todas las unidades debe haber lugares o asientos para personas de la tercera edad, mujeres embarazadas, personas con niños en brazos, discapacitados y físicamente impedidos.
También señala que en algunas ocasiones las unidades pueden ir saturadas y por ello todos los asientos, incluyendo los preferenciales, se ocupan por lo que la misma autoridad hace un llamado a los usuarios para ceder los asientos.
"Aunque no es obligatorio ceder un asiento que no es preferencial, sin importar si eres hombre o mujer, puedes conceder el asiento que ocupas a una persona impedida físicamente de forma permanente o temporal como muestra de buena voluntad, respeto y apoyo", dice la Secretaría de Movilidad y Transporte.
El mismo texto señala que dejar un asiento a favor de ellos "ayuda a crear espacios ciudadanos más incluyentes y solidarios", por lo que agrega que "es ejemplo de buenas prácticas respetar los asientos preferenciales y se debe de ceder en caso de ser necesario".
Cualquier persona que haya utilizado el transporte público conoce que en la mayoría de las ocasiones las personas ceden los espacios que no son reservados a quienes en verdad lo necesitan, sean hombres o mujeres; sin embargo; se trata de una decisión completamente personal.
Algunas personas optarán por no dejar su lugar cuando no es reservado a menos que la necesidad del otro pasajero sea flagrante, mientras que otros lo harán de forma inmediata ya sea por convicción o por presión social.
En el caso de los asientos reservados, se debe de incentivar una cultura de respeto hacia las normas establecidas, sin importar que no exista una sanción por incumplirlas, ya que esta será la única forma en que las personas conozcan cuáles son los espacios reservados, aún sin importar que no estén señalizados.