En octubre del 2019, el Gobierno del Estado autorizó un aumento al precio del pasaje en el transporte público bajo la promesa de que se obligaría a los permisionarios a mejorar las condiciones físicas y ofrecer esquemas de seguridad para frenar los asaltos en contra de los usuarios.
A casi cuatro años de esta decisión impulsada por Miguel Barbosa Huerta, encontramos que el transporte público no cumplió con las mejoras que se prometieron, y lejos de ello muchos usuarios consideran que incluso ha empeorado.
El aumento
Por ocho años se mantuvo la tarifa de 5 y 6 pesos para el transporte público en Puebla; en octubre del 2019, se autorizó un incremento de tres pesos a la tarifa derivado de una negociación con el gremio transportista.
La condición que el Gobierno del Estado puso en su momento fue que para autorizar este ajuste tarifario los transportistas tendrían 120 días para renovar sus unidades, garantizar un buen funcionamiento mecánico y equiparlas con tecnología que brindar a mayor seguridad a los usuarios.
¿Cómo está el transporte hoy en día?
El aumento concedido en 2019 y el incumplimiento de los acuerdos no han impedido que el gremio transportista busque nuevamente un ajuste en la tarifa, situación que evidentemente no deja conformes a los usuarios.
Imagen Poblana consultó con algunos usuarios del transporte público que diariamente tienen que ocupar una o dos rutas para llegar a sus trabajos o escuelas, a fin de conocer qué es lo que opinan sobre el estado del transporte público.
Los entrevistados coincidieron en que no hay mejora desde octubre del 2019, cuando se autorizó el aumento a la tarifa del transporte público, pues las unidades continúan estando en mal estado.
Las malas condiciones mecánicas que tienen la mayoría de las unidades de transporte público es visible incluso sin subirse, pues están chocadas o contaminan en exceso.
Una vez arriba de las unidades, los entrevistados coincidieron en que varias de las unidades no cuentan con todos los asientos disponibles, que cuando llueve tienen goteras, que el agua se mete por las ventanas, entre otras irregularidades.b
A esto se le suma el descontento que generan la mayoría de los conductores de las unidades, pues manejan a exceso de velocidad o de forma brusca, poniendo en riesgo a los pasajeros con tal de ganar más pasaje.
"Siento que no es lo que esperábamos porque tarda mucho en pasar, y las condiciones en las que están no son aptas para el precio que quieren establecer porque cobran cierta tarifa, pero incluso he escuchado que ya le quieren incrementar", dijo una de las entrevistadas.
Otro de los entrevistados afirmó que ha tenido mucha suerte de no ser víctima de un asalto. Y es que parte de los compromisos no cumplidos de los transportistas era equipar todas las unidades de transporte público con botones de pánico y cámaras de video vigilancia conectadas al C5 para un monitoreo en tiempo real.
Los usuarios coincidieron en que un nuevo ajuste a la tarifa del transporte público sería algo injusto, pues los transportistas no cumplieron con lo que prometieron hace cuatro años cuando consiguieron un aumento en la tarifa.