La tasa de desocupación en el segundo trimestre del año en curso bajó en la economía mexicana a 2,8 por ciento de la población económicamente activa (PEA), frente al mismo período de 2022, informó este lunes el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
"En el trimestre abril-junio de este año, la población desocupada fue de 1,7 millones de personas. La Tasa de Desocupación correspondiente fue de 2,8 por ciento de la PEA, cifra menor a la del mismo periodo de un año antes (3,2 por ciento)", indica el organismo estatal.
En el segundo trimestre de 2023, la PEA del país latinoamericano fue de 60,2 millones de personas, 878.000 más que en el segundo trimestre de 2022.
En el segundo trimestre de 2023 "la Tasa de Desocupación fue superior en 0,1 puntos porcentuales a la del trimestre anterior", compara el informe.
Un total de 58,5 millones de personas se encontraban ocupadas: "1,1 millones de personas más en relación con el segundo trimestre de 2022", detalla el informe.
Este cambio se concentró en el comercio, con un aumento de 374.000 personas; en servicios profesionales, financieros y corporativos, con 267.000 y en la industria manufacturera, con 237.000 personas.
SUBEMPLEO E INFORMALIDAD LABORAL
En el segundo trimestre de 2023, la población subocupada representó una tasa de 8 por ciento de la población ocupada, porcentaje inferior al del segundo trimestre de 2022 (8,9 por ciento).
La población subocupada, que es definida como "las personas que declararon tener necesidad y disponibilidad para trabajar más horas", totalizó 4,7 millones de personas.
Finalmente, más de la mitad de la población ocupada trabaja en la informalidad laboral en la segunda economía latinoamericana.
Los resultados de la encuesta oficial indican que, en el segundo trimestre de 2023, "la suma de las personas, en todas las modalidades de empleo informal, fue de 32,3 millones".
Esto representó 55,2 por ciento de la población ocupada, que se encuentra en la informalidad laboral.
El Inegi considera población en la informalidad laboral a quienes, sin duplicar, "son laboralmente vulnerables por la naturaleza de la unidad económica para la que trabajan, así como a las personas cuyo vínculo o dependencia laboral no reconoce su fuente de trabajo".
En ese sector se incluyen otras modalidades análogas, como personas ocupadas por cuenta propia en la agricultura de subsistencia, así como a "quienes laboran sin seguridad social y cuyos servicios los utilizan las unidades económicas registradas".
Un total de 58,5 millones de personas se encontraban ocupadas, cifra que es 1,1 millones de personas más en relación con el segundo trimestre de 2022.