La enfermedad del covid-19 ha sido polémica desde su concepción hasta en la forma en la que se convirtió en una de las pandemias más mortales de los últimos años, por lo que no resulta sorprendente que las medidas sanitarias en torno a ella continúen causando controversia.
Este es el caso del uso de cubrebocas en México, pues en las últimas semanas algunas universidades, como la UNAM o incluso la BUAP, hicieron recomendaciones para su comunidad estudiantil exhortándolos a utilizar el cubrebocas en lugares cerrados.
En el caso específico de la UNAM, se indicó que había un repunte en el número de casos positivos a esta enfermedad, pero también se dejaba en claro que la positividad de este virus no era suficiente para generar alarma u otro tipo de medidas.
Rápidamente este tipo de recomendaciones generaron controversia pues al ser la máxima casa de estudios del país, se le dio una validez científica a la importancia de retomar el uso de cubrebocas como medida de prevención sanitaria.
En su momento, el subsecretario Hugo López-Gatell señaló que no era necesario volver al uso de cubrebocas de forma obligatoria ya que los casos de covid-19 en el país estaban controlados.
Pero el funcionario federal reculó rápidamente y ayer declaró que ante el aumento de casos de covid-19 sería recomendable que las personas utilicen el cubrebocas ante la presencia de síntomas asociados con la enfermedad.
¿Es efectivo el cubrebocas?
Lo que la UNAM hizo en su momento fue una recomendación en la víspera del inicio de sus actividades escolares, ya que los universitarios tendrían que pasar varias horas en las aulas que son considerados espacios cerrados y propicios para la transmisión de enfermedades.
Es por ello que el uso de cubrebocas puede proteger a las personas que estén expuestas a la adquisición de un virus en espacios cerrados donde el aire no puede correr libremente.
A diferencia de la parte más fuerte de la pandemia del covid-19, actualmente se exhorta a la población a utilizar cubrebocas sin hacer especificaciones técnicas en ellos, como si ocurrió en su momento cuando se recomendaba utilizar cubrebocas tipo KN95.
Estas siglas tienen una explicación técnica y hacen referencia a la porosidad de los materiales con los cuales está fabricado, pues este tipo de mascarillas permiten bloquear hasta el 95 % de las partículas que se encuentran en el aire.
De acuerdo con el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos, una mascarilla en entornos públicos cerrados puede reducir la posibilidad de adquirir una enfermedad hasta en un 83 %.
En tanto, las mascarillas quirúrgicas, que comúnmente vemos en colores azul o blanco, tienen un menor rango de protección y reducen las posibilidades de dar positivo alguna enfermedad este no 66 %.
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Finalmente encontramos que los cubrebocas de tela, sin importar que sean de dos o tres capas, tienen un 56 % de efectividad, por lo que son las menos recomendables de las tres.
El uso de cubrebocas, hasta el momento, es decisión individual de las personas pues no existen decretos gubernamentales para obligar a que sean ocupados en espacios cerrados.
De acuerdo con los expertos, las palabras de Hugo López-Gatell apuntan más hacia las características endémicas o estacionales que tiene el covid-19 en la actualidad, similares a las de la influenza o cualquier enfermedad respiratoria que se agudiza durante el invierno.
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