Chiles en nogada y el malinchismo

Chiles en nogada y el malinchismo

Hace algunos años, un periodista que escribía una columna de economía, me alegó que los chiles en nogada eran una creación  irlandesa. No sé si los irlandeses comerán chile poblano, pero fue difícil discutir con aquel señor porque alegaba que los colores que se destacan en ese platillo, que son los de la bandera mexicana, son los mismos de Irlanda. Error, porque los colores de la bandera irlandesa creada en 1848, son  verde,  blanco y  naranja. Y la  nuestra de 1821, son verde, blanco  y rojo.  El malinchismo tan poco crítico es común cuando se trata de comida. Buena parte de la gente sale con que algún platillo famoso en México es herencia española,  francesa o italiana y los que  no pueden argumentar más,  hablan de la llamada comida fusión. O sea que nosotros, pobres mexicanos, no tenemos según ellos,  nada original y nos apegamos a ofertas alimenticias de otros países a los que solo les añadimos algo nuestro. O sea, fusionamos platillos. Algo tan ridículo lo he visto en salsas que aquí son moles o en saborizantes como la vainilla, atribuida a los hindúes, cuando sabemos que esa planta es originaria de México. De paso se apoderaron del origen del tomate,  el aguacate, el chocolate, el tamal, la salsa mexicana y el taco en otras versiones. Con esos robos,  nos hemos quedado huérfanos.

 

 

UNA IMAGEN CULINARIA SE ELEVÓ A BILLETE CON LOS CHILES EN NOGADA

 

El origen  de los famosos chiles en  nogada que entran en su etapa del 16 de julio hasta pasadas las fiestas patrias, es Puebla. De ahí son los chiles poblanos.  En ese estado   es donde se da hasta el 50 por ciento la nuez de castilla que es la que se usa para la nogada Y de ese lugar también  es la sencilla receta que algunos cambian tramposamente  para ponerle menos nuez. Se trata de un chile relleno de carnes  molidas de res y de cerdo con frutas diversas, bañado con salsa de nuez de castilla. A esta algunas veces la humedecen con jerez para hacer la salsa o le ponen leche. Hay otras recetas.  El toque rojo es la  granada.  En los  restaurantes en los que un  chile en nogada cuesta  de 400 pesos en adelante, le ponen  una salsa de nuez con  crema, ésta última en mayor cantidad. Como se puede ver, aquel  señor que me alegaba que era un platillo de origen irlandés, ignoraba que  en  aquel país no hay chiles poblanos que solo se dan en Puebla y el color de su bandera tiene menos años que la  nuestra...¡Y tiene una banda naranja!. Su nuez, además, debe entrar en cualquier tipo de nuez de la macadamia, la de Brasil, la pacana  o la que se  cultive ahí, pero no de la de castilla, que es original del estado poblano.

 

LA BANDERA PRESENTE EN UN PLATILLO EN  LAS FIESTAS PATRIAS

 

Los tres colores de nuestra bandera se expresan en los chiles que en esta época aparecen por todos lados. Su aparición en la edición 277  del sorteo especial de la Lotería  Nacional el pasado once de agosto, dio la entrada oficial a un platillo que ya es reconocido en el mundo, sobre el que se resalta su origen y se  lanza como patrimonio  cultural gastronómico. Pero no aparece el toque popular en el origen, ya que siempre se debería resaltar que buena parte de los aportes culinarios de México surgieron en la esencia del pueblo. Se repite que Agustín de Iturbide tenía ganas de un buen platillo y las monjas conventuales de Puebla elaboraron el platillo que ahora es orgullo en México. Tenía que haber de por medio un potentado. Lo mismo pasó con la primera taquiza según dicen, que se le atribuye a una comida con el invasor Hernán Cortés y sus capitanes, cuando los indígenas tenían tiempo de comerlos con diferentes ingredientes. El malinchismo de los que rememoran.  Con los tacos al pastor pasa lo mismo, ya que se atribuyen a una herencia libanesa, nada más que los mentados tacos libaneses son con tortilla de harina. Solo falta que los que fueron los primeros manjares degustados por nuestros ancestros, el frijol, el maíz y el chile, tengan orígenes extraños.  Siempre pasa que unos aparezcan en escena y señalen con presunto conocimiento de causa, que lo que estamos comiendo proviene de otro país, exhibiendo su complejo ante lo extranjero. Demos a esos malinchistas  en esta época, un chile en nogada bien picoso para que sepan de dónde son.