Hoy se recuerda el natalicio de uno de los diseñadores más icónicos en la historia: Louis Vuitton, empresario que revolucionó la industria de la moda con su línea de productos de cuero que, a la postre, terminó convirtiéndose en una de las marcas más reconocidas del mundo. Cada temporada, la marca lanza artículos que son llamativos y fuera de lo común con precios extravagantes.
Él nació en la localidad de Anchay, Francia, el 4 de agosto de 1821, de padres que trabajaban en algo ajeno al diseño. La madre era sombrerera y su padre campesino, pero su camino como modista empezó lejos de casa. A los 16 años se fue a París y ahí se inició como aprendiz de fabricante de baúles.
Años después, en 1854, se hizo con su propio taller de fabricación de baúles y se especializó en el embalaje, lo que le valió para ser contratado por la emperatriz Eugenia de Montijo, la entonces esposa de Napoleón III. Su labor era diseñar sus maletas personalmente y hacer los empaques para sus vestidos reales. Este fue el inicio oficial de la marca Louis Vuitton.
Para 1859, su trabajo ya era reconocido en todo el país como uno de lujo en la moda y el diseño de baúles, bolsas y maletas. En 1885, abrió su primer taller en Londres y creó su propia cerradura, la Tumbler, lo que los hacía más seguro y únicos en el mercado. En 1896 lanzó su diseño más recordado, la lona con cuadros y el monograma "LV" de sus iniciales.
Louis Vuitton falleció el 27 de febrero de 1892, dejando la empresa para su hijo Georges Vuitton, quien siguió con su legado y todo el alcance que le dio. Hoy en día es una de las casas de moda más reconocidas a nivel mundial y también una de las líneas más costosas.
En la actualidad, el área de diseño artístico es dirigida por dos personas: Nicholas Ghesquière para mujeres, y el famoso productor musical Pharrell Williams para hombres. Ellos han hecho colaboraciones con otras empresas y personalidades del arte como Jeff Koons, Takashi Murakami y la marca de streetware, Supreme.
Sus productos se venden en todo el mundo y no son asequibles para la mayoría de las personas, ya que son exclusivas y se fabrican por números limitados y de diferentes diseñadores. Sin embargo, esto no impide que sus creaciones sean vistosas y poco comprendidas.
Recientemente, salió una bolsa con diseño similar a una hielera con costo de 4,000 dólares, más de 68,000 pesos, aunque no es lo único. También tienen correas 20,000 pesos y collares de perros por 9,000 pesos. A esto se suman osos de peluche por casi 10,000 pesos y hasta una pirinola por más de 3,000 pesos, por lo que resulta complicado comprender por qué la gente consume este tipo de artículos.
En primera instancia, es un hecho que los materiales de esta y otras marcas similares son de mayor calidad, aunque en algunas ocasiones se fabrican con materias primas comunes, como los de otras marcas más económicas. Sin embargo, algo que sigue siendo constante es que, para muchas personas, Louis Vuitton u otras marcas siguen siendo sinónimo de estatus y riqueza.
Saber que son productos de fabricación limitada los hace objetos de deseo más codiciados. En 1899, el economista Thorstein Veblen acuñó el término “consumo conspicuo”, que significa que una persona gusta de comprar objetos de uso diario a precios elevados por encima de lo acostumbrado para causar impresión en otras personas, aunque esto, contradictoriamente, genere envidia y rechazo del resto de sujetos.
Por otra parte, también es una realidad que muchos de los diseños son sobresalientes más allá de lo que se encuentra en otras marcas, pues es una de las marcas más antiguas y prestigiosas, por lo que siempre marca tendencia en ropa, calzado, accesorios y bolsos.
Todas las ideas anteriores se sustentan con el apoyo de sus estrategias mercadológicas, ya que no es habitual ver sus comerciales en televisión o medios de comunicación masivos, sino que se anuncian con el apoyo de celebridades y personalidades en pasarelas y eventos especiales, como semanas de moda en ciudades capitales de la moda como Milán, París y Londres.