El mundo del arte dramático cuenta con varias artistas que se destacan por su trabajo y su trayectoria, aunque casi nunca se habla de sus orígenes y todo lo que han tenido que atravesar para crecer en sus carreras artísticas. Conocer lo que pasan los artistas es fundamental para entender el significado de sus obras y lo que los motiva para sus creaciones.
Reyna Álvarez es una artista de teatro musical, egresada de la Facultad de Arte Dramático de la BUAP y, en entrevista para Imagen Poblana, comentó cómo ha sido su carrera y su más reciente obra. De igual forma, relata cuál fue toda su travesía de autodescubrimiento y el abrazo de su verdadero ser.
Su nombre legal es Rubén Reyna Álvarez, aunque a partir de su transición entre géneros está llevando a cabo un cambio que se dio principalmente a raíz de sus vivencias en la pandemia y por el que ahora se llama solamente Reyna Álvarez. Durante el encierro por la pandemia por Covid-19 se vio obligada a regresar a casa de sus padres y replantear sus creencias en medio del aislamiento.
Ella, como muchas otras personas, creció con la idea de cumplir con estándares de éxito y realización personal y, al no conseguirlos, se frustró. Dichos parámetros, entiéndase tener una pareja, hijos, adquirir una casa y vivir conforme a lo espera la sociedad, no son, a su forma de verlo, diseñados para personas como ella, con su orientación sexual y su género, su piel morena y su origen étnico.
“Yo quería abrazar mi feminidad, pero me daban mucho miedo los prejuicios, ese sistema donde ser homosexual, ser la jota, es estar hasta el fondo. En esta escala tienes que ser el macho, el activo, el hombre contemporáneo para poder ser deseado. ¿Quién le va a hacer caso a la jota? Es despreciable”, comentó Reyna.
Historia de una Reina Zapoteca
Para asimilar y externar lo que vivía, Reyna vio una vía en su creación artística. Ella estuvo en Canadá buscando otro tipo de oportunidades y fue ahí donde concretó su obra, “Historia de una Reina Zapoteca”. En esta desarrolla a un personaje, Xhuncu, un niño oriundo del Istmo de Tehuantepec, en el Barrio de Santa Cruz Tagolaba, en Oaxaca.
La obra tendrá su primera presentación en la capital poblana dentro del foro artístico Puro Drama, en la calle 2 Poniente, número 2908 el día 7 de agosto a las 21:00. Se hará antes de que Reyna tenga la oportunidad de partir a Canadá para continuar con su formación como artista.
Este personaje, siendo apenas un niño, se da cuenta de que vive en un mundo donde la mayoría de sus interacciones diarias son principalmente de violencia en contra suya. La raíz de las agresiones está en su origen, ser muxe, algo que él ni siquiera es capaz de comprender o, al menos, identificar en sí mismo. Esto lo llevará a un proceso de dolor que lo hará aceptarse como es.
“Toda la travesía de cómo creces con ese miedo, y con ese querer huir de lo que te están señalando que eres pero que no quieres ser, te lleva por ese camino de ser otra persona. Nunca hubo esa oportunidad de aceptar ser quién eres”, sentenció.
Este espectáculo es el fruto de su aceptación y, al mismo tiempo, el hecho de hacer a un lado cánones que no estaban hechos para ella. Su estancia en Canadá fue ese impulso que la llevó a darse cuenta de que podía tomar todas sus vivencias y su travesía, para convertirlas en una historia que haga conexión con los espectadores.
Su compromiso como artista cabaretera es que las personas, a pesar de no tener conocimiento en teatro, se adentren en lo que Reyna tiene para contar y que se diviertan con una obra unipersonal, es decir, ella haciendo múltiples personajes con una técnica de espacio vacío.
En su carrera como artista fue parte de la fundación de la compañía de baile del Complejo Cultural Universitario, a la que renunció para dar paso a su otro proyecto, Talavera Cabaret. En este se desenvuelven con una consigna de protesta, pronunciándose con firmeza contra las opresiones del gobierno, abogando por los derechos de la comunidad LGBTTTIQ+, así como a favor del aborto y la defensa de las minorías, todo desde el punto de vista del cabaret.
Sus mayores retos ahora son, en esencia, la construcción de una escena teatral, lo que comprende la formación de público que se interese en los artistas locales y, a su vez, la conquista de más espacios para dar a conocer su arte en todo el país y crecer como artistas, incluso cerrando sus ciclos.
“Conseguí una beca para estudiar la maestría en arte teatral en Canadá, ese también es parte de los motivos por lo que cierro este ciclo y que todos crezcamos”, declaró Reyna.
Sus estudios en Canadá
La iniciativa de seguir formándose en el extranjero, no lo niega, fue principalmente por la concepción de tener más estatus por estudiar en otro país, algo más de lo que reconoce como su “querer ser”. En su tiempo trabajando en Canadá se le abrió la ventana de continuar sus estudios con una beca en la universidad de Alberta.
Para ello pasó por un peregrinar de varias entrevistas y preparación de proyectos que la presenten como dramaturga. Su primer cuestionario fue en octubre del 2022, y de ahí hasta febrero fue cuando tuvo otra entrevista. Creyendo que no sería aceptada, en abril fue llamada de nuevo y se le dio una tercera entrevista.
Su motivo de investigación se basa principalmente en abordar el hecho de que, al ser morena, transgénero, indígena y su orientación sexual, se le arrebata su propia belleza. Ahora, a lo largo de dos años, tiene la labor de terminar la maestría en un contexto que le permitirá tener más conocimientos y también más formas de darse a conocer.
“Eso es lo que anhelo, es mi situación y esa es mi historia. Cuando las jotas dicen ‘Ay, es que son unas inventadas’, sí, porque una tiene que inventarse, y eso es lo que he creado para mí en este momento”.