En un mundo donde la juventud parece ser sinónimo de vitalidad, cada vez son más los adultos mayores que desafían los estereotipos con espíritu y demuestran que la edad solo está en la mente. Hasta hace unos años, el cómo envejecer con gracia parecía un secreto, pero ahora el deporte y la convivencia son claves para tener una vida saludable.
Este martes, dos amigas que comparten el gusto por el cachibol, un juego de lanzamientos y recepciones que tiene algunas reglas en común con el voleibol, se reunieron en el quiosco del Paseo Bravo donde ambas compartieron con Imagen Poblana las experiencias que las hacen vivir una vida feliz y plena.
Estas mujeres son un inspirador testimonio de cómo el envejecimiento activo y saludable puede ser un camino para abrazar la vida al máximo. Su rutina, suele comenzar desde las primeras horas del día, cuando se dedican a hacer ejercicio, pero cada lunes, miércoles y viernes estas dinámicas abuelitas van a las canchas de Analco donde entrenan con el resto de sus amigas.
Una de ellas señala que la clave para disfrutar la tercera edad está en la convivencia, pues en caso de no compartir muchos gustos con el resto de su familia, pueden encontrar un espacio seguro y de recreación a lado de sus amigas.
“Estoy contenta sobre todo por estar activa, hacer algo de ejercicio, no quedarse en la casa encerrada porque eso acaba, la pandemia nos vino a amolar, no salimos en dos años y eso nos atrofió”, manifestó una de las abuelitas.
De esta manera, indican que el poder tener un ambiente distinto al que comparten con sus hijos u otros familiares cercanos son de gran ayuda para no aburrirse ni caer en la monotonía, que muchas veces suele acrecentar los sentimientos de tristeza y depresión.
“Nos ayuda a cambiar de aires, de la casa, por eso vamos con nuestras amigas, nos vamos a desayunar y eso es muy bonito para nosotras”.
En México se estima que entre el año 2000 y el 2050 la proporción de adultos mayores se incremente de 7 a 28%, pero desde 2010, algunos estados del país como Nuevo León ya tenían una tasa de dependencia de adultos mayor a la media nacional de acuerdo con estimaciones del Consejo Nacional de Población (Conapo).
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud define a un adulto mayor funcionalmente sano como aquel capaz de enfrentar este proceso de cambio con un nivel adecuado de adaptación funcional y de satisfacción personal. Para lograr estos objetivos, se han establecido al menos siete aspectos clave:
• Las actividades de la vida diaria, entre ellas las instrumentales y las básicas
• La salud mental, principalmente el estado cognitivo y el estado de ánimo
• La funcionalidad psicosocial, concepto cada vez más relevante relacionado con la capacidad de responder a las exigencias del cambio
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• La salud física, en la que por lo general se centra toda la patología crónica
• Los recursos sociales
• Los recursos económicos
• Los recursos ambientales, cuya importancia es cada vez mayor; por ejemplo, la facilidad que tenga un adulto mayor para usar adecuadamente su casa o para salir de su domicilio y tener acceso a un consultorio de atención primaria.
Muchos de estos parámetros se ven reforzados o son atendidos por entes externos como el gobierno o los hijos, familiares cercanos que puedan tener los adultos mayores, pero también es posible cubrir algunos tan solo jugando cachibol con gracia y destreza, saliendo con amigos y dedicándose al ejercicio regularmente,
El ejemplo de estas abuelitas no solo inspira a sus contemporáneos, sino que también llama la atención de generaciones más jóvenes. A través de su entusiasmo por la vida, demuestran que el envejecimiento no tiene por qué significar limitaciones, sino oportunidades para abrazar nuevos desafíos y mantenerse activos física y socialmente
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