El tema del cuidado animal está en auge y actualmente se busca su bienestar en todo sentido, pero cuando una pareja se separa, ¿quién se queda con las mascotas? ¿Hay procesos y custodias legales?
Hoy en día, las mascotas forman parte del núcleo de muchas familias mexicanas, quienes son las encargadas de proveer de alimento, protección y cariño a estos lomitos, pero seguramente te has preguntado, en caso de un divorcio, ¿con quién se queda el perro?
De acuerdo con la primera Encuesta Nacional de Bienestar Autorreportado (ENBIARE) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) que muestra aspectos personales de la vida de la población adulta del país, hasta 2021, más del 50 % de la población nacional contaba con una mascota.
Para ser más exactos, el 69.8 % de los hogares cuenta con algún tipo de mascota, por lo que estaríamos hablando de un acumulado de 80 millones de mascotas, de las cuales 43.8 millones de ellas son lomitos, 16.2 millones son gatos y 20 millones una variedad de otras mascotas pequeñas.
Con este escenario, podemos tener una idea del impacto que tiene las mascotas en las familias mexicanas, pues desde 1978, México se suscribió a la Declaración Universal de los Derechos de los Animales, la cual fue establecida por la Organización de las Naciones Unidas, y señala que: “Todo animal que el hombre haya escogido como compañero tiene derecho a la duración de su vida conforme a su longevidad natural. El abandono de un animal es un acto cruel y degradante”.
Sin embargo, las leyes relacionadas con la custodia de mascotas en caso de separación o divorcio no estaban claramente establecidas en el ámbito legal, pues la legislación mexicana no consideraba a las mascotas como sujetos de derechos ni reconocía formalmente su estatus legal como miembros de la familia.
De acuerdo a las disposiciones generales del Código Civil, se tiene que acreditar en primer lugar quién es el dueño de la mascota en cuestión, pero esto muchas veces es muy difícil de acreditar, pues no hay comprobante del pago o en muchos otros casos se adquirió en donación; en estos casos operan los testigos que deberán declarar que les consta quién es el dueño y con base en ello el Juez debe resolver en favor de quien acreditó la propiedad.
En los divorcios se debe contemplar en la repartición de los bienes, incluidas las mascotas, el régimen patrimonial, en caso de estar casados por separación de bienes, el dueño de la mascota conservará su propiedad, en caso de estar casado por sociedad conyugal, la mascota será de ambos divorciantes, en este último caso, puede ser una solución que uno de ellos ceda sus derechos al otro.
De esta forma, en la mayoría de los casos la decisión sobre la custodia de las mascotas recae en el acuerdo mutuo entre ambas partes, y esto podría variar dependiendo de la situación particular de cada pareja. Si no hay acuerdo, se podría convertir en un asunto complicado, pero de acuerdo con Arturo Zaldívar, ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN): “En cada caso concreto, si la pareja no se pone de acuerdo tendrá que decidir el juez tomando en cuenta todas las circunstancias del caso, sin pretender que el perro de una familia es un objeto”.
Así que ya sabes, si estas apunto de enfrentar un proceso similar, es mejor que busquen llegar a un acuerdo entre ambas partes, para facilitar el manejo y cuidados de tu mascota.