La generación Z, aquella que nació en la recta final de los 90s, entre 1995 y los 2000s, se ha convertido en una de las más importantes en la actualidad, pues tienen una gran influencia en la sociedad y en la percepción del mundo que les rodea. Uno de los rasgos más notorios ha sido la caída de la natalidad, pero ¿Por qué hay adultos jóvenes que ya no quieren tener hijos?
Salimos a las calles para consultar a los poblanos su opinión en la concepción de nuevas infancias, y los resultados arrojaron que la mayoría de los adultos jóvenes están abiertos a la idea de poder tener hijos, aunque no están en el mejor momento de su vida.
El afrontar la paternidad o maternidad ha sido un tema en el que generaciones pasadas han hecho mucho hincapié, aunque las discusiones se han presentado en su mayoría por un arraigado estereotipo social, aunque las tasas de natalidad en el mundo entero han presentado descensos importantes.
Ante este escenario, existen dos razones principales para que la población de entre 19 y 30 años de edad pueda pensar en la concepción. En primer lugar, el factor económico: ante este punto, la mayoría de los encuestados señaló que es su principal impedimento para poder concretar el ser padres.
La falta de trabajos bien remunerados, prestaciones de ley o simplemente de oportunidades de trabajo formal, son carencias que no permiten tener una estabilidad económica para sostener una familia y menos, a un hijo.
Una investigación del Centro Pew Research señala que, tras la pandemia, más de la mitad de las personas pertenecientes a la generación Z reportaron haber perdido sus empleos o que alguien en su casa lo perdió, por lo que tienen un futuro incierto.
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La segunda razón es que no están en el momento óptimo para adquirir esta responsabilidad, pues ante el aumento de estudiantes a nivel superior las proyecciones para una vida estable se alargan más allá de los 30 años.
Algunos encuestados señalaron que, durante sus 20s, prefieren seguir enfocando su tiempo y esfuerzos en construir una carrera profesional o simplemente en disfrutar de su vida, mediante viajes o actividades extracurriculares o de hobbie, por lo que tener un hijo no es una opción muy viable.
Por otro lado, pocos poblanos hicieron alusión a los cambios climáticos y la necesidad de reducir desperdicios, aunque también es un pensamiento que permea en las mentes de adultos jóvenes. De acuerdo con una encuesta sobre la concepción de hijos en la generación Z, del estudio de YouGov, hecha a 2,000 personas el año pasado, el 5 % afirmó no querer tener hijos por el impacto del cambio climático y un 9% consideró que el mundo está sobrepoblado.
En conclusión, podemos discernir que la idea de tener hijos entre los menores de 30 años ha dejado de ser una idea popular, aunque no se ha descartado, pues ahora es una decisión que solo se puede tomar con base en los diferentes contextos sociales.
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