En una alhóndiga del siglo XVI se sitúa uno de los proyectos restauranteros, culturales y artísticos más interesantes del Centro Histórico de Puebla, el cual lleva por nombre de La Colecturía, justamente en honor al inmueble en el que habita.
A pesar de su gran tamaño interior y relevancia histórica, muy pocas personas conocen este lugar y su historia, por lo que el proyecto de La Colecturía busca darle una nueva vida a este inmueble a través de un proyecto sustentable y cultural.
En entrevista con Imagen Poblana, la empresaria restaurantera Olga Méndez explica cómo ha sido su intervención en este proyecto, en el cual estará colaborando específicamente en el área de restaurante.
"Este es un espacio en donde se consideraba una alhóndiga para recolectar los granos y semillas que pagaban de los diezmos a las iglesias, por lo que esto tiene mucha historia, mucha tradición", expone la empresaria sobre el sitio que alberga a La Colecturía.
Méndez Juárez explica que durante nueve años se ha emprendido un duro proceso de restauración en este inmueble con la finalidad de generar un espacio donde se respete la naturaleza, prueba de ello es el huerto urbano, el área de árboles y todas las zonas verdes con las que cuenta este lugar.
Ubicada en la 3 Sur número 1108, La Colecturía no solamente abre sus puertas para conocer toda la historia de este inmueble, sino además para que vivas una experiencia con buena comida.
Con toda la experiencia que tiene detrás, siendo la cabeza del proyecto restaurantero de La Noria, Olga Méndez señala que La Colecturía cuenta aún con un menú reducido, pero que tiene como principal atractivo el uso de verduras que se cultivan en su huerto urbano.
Adicionalmente, explicó que la alianza entre los empresarios detrás de este proyecto permite que todos los productos cosechados en este huerto urbano también sean utilizados para la elaboración de los alimentos en el restaurante.
Como buen sitio de comida en el Centro Histórico de Puebla, no podía faltar en la carta el mole poblano y el pipián, por lo que los comensales podrán disfrutar de una receta de éxito comprobado y es el mismo que se sirve en el restaurante La Noria.
Proyecto cultural y artístico
Por su parte, Anahí Acevedo, directora estratégica de La Colecturía, explica que este proyecto reúne a la gente en torno a una mesa para degustar de sus alimentos, pero también complementa la experiencia con talleres culturales y presentaciones artísticas.
"La Colecturía es un centro de interacción de saberes, ¿qué es lo que hacemos?, bueno, lo que hacemos es ofrecer distintas actividades culturales a los diferentes públicos que nos visitan, tenemos actividades en nuestro huerto urbano, actividades en nuestra aula taller, tenemos oferta gastronómica", explica.
Además del restaurante, La Colecturía cuenta con un café temático, un bar fogatero, presentación de videomapping, una galería de arte contemporáneo, todo entre sus paredes que alguna vez albergaron la alhóndiga principal de la Nueva España en la zona centro.
Un ejemplo sobre el tipo de actividades es los talleres que van dirigidos justamente hacia los niños más pequeños, a quienes les enseñan sobre la cosecha de hortalizas y la importancia que tiene el cuidado del medioambiente.
"Este sábado 8 de julio tenemos un gran taller que se llama 'Aprendiendo el buen vivir’, que es que los niños de entre 8 y 12 años vengan a La Colecturía y aprendan lo que es vivir bien, no nos referimos a lujos ni a cuestiones materiales, nos referimos a riquezas intangibles", explica Anahí Acevedo.
Los talleres son principalmente los fines de semana y dependiendo del tallerista, así como el tipo de actividades es que se puede modificar el costo, pero generalmente van de los 550 a los 900 pesos.