El restaurante La Noria es uno de los referentes gastronómicos de la ciudad de Puebla pues ha logrado combinar la excelente calidad culinaria con uno de los espacios más acogedores, todo en una de las zonas con el mayor desarrollo económico de la zona metropolitana.
Con todos los logros y el posicionamiento que ha logrado el restaurante La Noria, la empresaria Olga Méndez Juárez nos habla, en entrevista exclusiva para Imagen Poblana, sobre lo que han sido los 30 años de historia que tiene este icónico establecimiento.
La fundación
Olga Méndez recuerda que fue en 1992 cuando un grupo de empresarios se reunieron para poner en marcha un proyecto restaurantero, luego de haber formado parte de otro y cónico restaurante como lo fue "María Bonita".
Todos coincidieron en que el proyecto tenía que ser perdurable, no enfocarse únicamente en las tendencias del momento si no en generar una identidad propia que permanecía en el corazón de los comensales.
"Yo me siento muy orgullosa de poder estar en este grupo, en esta familia que a lo largo de 30 años ha permanecido presente en los corazones y en la mente de los poblanos; La Noria se creó siempre con la finalidad de no ser un restaurante de moda, sino que permaneciera en la historia", señala.
Fue así que en junio de 1993 finalmente abrió sus puertas el restaurante en los terrenos de lo que era conocido como la Ex Hacienda de San Miguel La Noria, sitio que terminaría dándoles el nombre y gran parte de su historia.
Olga explica que donde hoy está la recepción, antes se ubicaban los establos mientras que el patio de la hacienda terminó convirtiéndose en el salón principal de este restaurante.
"Es un lugar que aparentemente era lejos y fuera de la ciudad, y que ahora quedó en la zona nueva, en la zona moderna, es una hacienda del siglo XVIII en donde lo que se hizo fue respetar mucho la mano del hombre es lo que se hizo en esos tiempos", explica Méndez Juárez.
Y es que al momento de su fundación, La Noria aún no había sido absorbida por la mancha urbana pues apenas comenzaba a generarse el proyecto de Angelópolis y los grandes desarrollos inmobiliarios que ahora conocemos como La Vista Country Club.
Al momento de su fundación, la Noria contaba con 26 colaboradores entre cocina, piso y el área administrativa, además se concibió como un proyecto que ofrecería únicamente comidas y cenas.
La consolidación
No tuvo que pasar mucho tiempo para que la calidad culinaria y el empeño de sus fundadores terminara por consolidar el proyecto restaurantero de La Noria, encumbrando platillos icónicos de la comida poblana como las chalupas, el chile nogada, el mole, entre otros.
Todo el proyecto también encontró un nicho perfecto para desarrollarse en esta exhacienda, la cual ha permitido que durante los últimos años se lleven a cabo diversas ampliaciones en los espacios que ya existían al principio, pero también para la generación de nuevos.
A pesar de que muchas estructuras y espacios de esta exhacienda aún perduran, la calidad en el diseño y la forma de su decoración ha permitido que para muchos pasen inadvertidos y se combinen en una mezcla rústica y moderna de un restaurante de alta categoría.
Este avance y consolidación también se ha visto marcado por retos importantes que han sido superados con la dedicación de sus socios, pero también con el compromiso de cada uno de los colaboradores.
Por ejemplo, Olga Méndez recuerda como el proyecto de construcción del distribuidor vial 475, en el Circuito Juan Pablo II, mantuvo las calles aledañas cerradas por varios meses, dificultando la llegada de sus comensales.
Las crisis sanitarias también han tenido repercusiones como fue con la epidemia de la influenza y más recientemente, la pandemia del covid-19, que provocó incertidumbre no solamente en La Noria, sino en todo el sector restaurantero y de servicios a nivel mundial.
La Noria 30 años después
Pero después de todo el camino recorrido, Olga Méndez puede hablar sobre un proceso exitoso de consolidación que ha terminado en el posicionamiento con el que hoy en día goza el restaurante La Noria.
Con la ampliación de su oferta para ofrecer desayunos desde hace una década, actualmente La Noria está formada por una familia de 92 colaboradores en las diferentes áreas operativas y administrativas.
Además, se encuentra posicionado entre los restaurantes con las mejores calificaciones culinarios, pero también como uno de los más recordados para sus colaboradores.
"El mayor éxito es voltear a ver al colaborador, que crezca con nosotros, hay gente que llegaba con nosotros y ni siquiera sabía escribir su nombre, el tener la oportunidad de enseñarles escribir su nombre, crear una firma, tener una permanencia", dice Olga Méndez sobre lo que ella considera la mayor de las satisfacciones.
Es el legado que La Noria ha dejado en sus clientes y trabajadores lo que impulsa a Olga Méndez a seguir creciendo y mejorando, fortaleciendo no solamente este restaurante sino a todo el sector en Puebla, siempre buscando un trabajo colaborativo con las autoridades y la sociedad.