El aire acondicionado se ha convertido en una herramienta común en varios hogares, ofreciendo un ambiente más confortable durante los meses de intenso calor. Sin embargo, su uso también conlleva repercusiones negativas. A continuación, analizaremos algunos de los efectos que generan estos dispositivos y sus posibles repercusiones en nuestra salud.
Dentro de nuestra vivienda, es importante comprender que la calidad del aire que circula repercute de manera directa en el bienestar y el confort térmico, por ello es importante conocer su uso en exceso o de manera inapropiada.
La exposición prolongada al aire acondicionado puede desencadenar problemas respiratorios como dolor de garganta, resfriados, tos y exacerbación de crisis asmáticas. De acuerdo con diversos estudios, el 35 % de las personas que vive en espacios con aire acondicionado presenta obstrucciones nasales, en comparación con el 9 % de los que viven en lugares con ventilación natural.
Además, el aire acondicionado recircula el mismo aire, lo que puede contribuir a la transmisión de virus del resfriado, la gripe e incluso el COVID-19 en espacios cerrados, así como otro tipo de infecciones virales. Por tanto, se recomienda ventilar las habitaciones abriendo ventanas y puertas para renovar el aire.
Las bajas temperaturas del aire acondicionado también pueden provocar la constricción de los vasos sanguíneos del cerebro, lo que muchas veces desencadena dolores de cabeza y episodios de migrañas.
Por otro lado, el aire acondicionado también reduce la humedad del ambiente, lo que puede conducir a la deshidratación, pues la baja temperatura también disminuye la sensación de sed, por lo que es importante beber suficiente agua para mantenerse hidratado.
Pero esto no se queda ahí, pues la falta de humedad causada por el aire acondicionado puede provocar sequedad e irritación en los ojos, especialmente en personas que usan lentes de contacto, así como causar dermatitis atópica y eccemas en la piel.
Si eres de los que práctica ejercicio en tu casa y sueles tener encendido el aire acondicionado para mantenerte fresco, déjame informarte que la exposición de tu cuerpo a bajas temperaturas puede provocar contracciones musculares, lo que aumenta el riesgo de calambres y espasmos. Los cambios bruscos de temperatura al finalizar la práctica deportiva también pueden ser perjudiciales.
Consecuencias en los bebés y niños
También debemos tomar en cuenta que las repercusiones se agravan cuando hablamos de bebés y niños, ya que son más sensibles a los cambios bruscos de temperatura y puede afectar su ciclo del sueño, provocar irritación de las vías respiratorias y aumentar el riesgo de catarros, resfriados, sinusitis y otitis.
Algunas recomendaciones que se emiten para mantener un ambiente fresco en presencia de menores de edad es el regular una temperatura adecuada entre 23-25°C, evitar dormir con el aire acondicionado encendido y establecer una temperatura no inferior a 25°C, así como mantener una buena humedad en el ambiente de entre el 40 % y 60 % utilizando un humidificador, además de limpiar regularmente los filtros
Desde 2004, el estudio Air conditioning as a risk for increased use of health services del international publicado en el Journal of epidemiology de Oxford indica que las personas que pasan más tiempo en ambientes con aire acondicionado tienen un mayor uso de los servicios de atención médica; por tanto, reducir la exposición al aire frío y hallar otros métodos naturales para mantener una corriente de aire dentro de tu hogar pueden ser mejores alternativas.