El 26 de junio de 1979, el boxeador profesional Muhammad Alí anunció su retiro de los cuadriláteros. Con 36 años, sus victorias por nocaut eran cada vez menos frecuentes y había enfrentado una reciente derrota contra el estadounidense Leon Spinks.
Pese a que el Parkinson le fue diagnosticado en 1984, el deterioro físico del atleta era evidente y su propio médico reconoció públicamente que sus reflejos ya no eran los mismos. Por ello, Alí mencionó que ya no se sentía preparado para pelear y prefirió decir adiós al boxeo.