En los últimos años, la moda ha dejado de buscar específicamente la belleza y ahora propone una imagen diferente con prendas y accesorios que se consideran extravagantes y ''feos''.
Prendas como las Red Boots de MSCHF y los llamados ''tenis de papá'' han marcado un antes y un después, pues parece que la moda ahora tiene que ser fea y excéntrica.
El auge de la llamada ''moda fea'' inició en 2015, cuando el CEO de Kering, Henri Pinault, decidió poner a dos renombrados diseñadores al frente de Gucci y Balenciaga. El objetivo era atraer a los compradores jóvenes y a los adultos deseosos de su juventud con una apuesta por lo extravagante, chocante, disruptivo o directamente feo.