La tendencia actual de los estrenos en el cine es que, una vez que salen de cartelera, los títulos están disponibles en las plataformas de streaming. Esto ha representado un duro golpe para los formatos físicos, los cuales han disminuido su presencia en el mercado cinematográfico año tras año.
Desde el ascenso de Netflix, el mercado ha experimentado una revolución centrada en la explosión del streaming, generando diversas plataformas y servicios que ofrecen un mayor grado de personalización al elegir contenido para ver. Blockbuster fue la primera víctima del formato digital, demostrando que el público prefiere tener una suscripción en lugar de una estantería llena de costosos títulos.
En los primeros días del streaming, los formatos físicos eran superiores en términos de calidad de sonido e imagen, como el caso del Blu-ray. Sin embargo, esto cambió con el paso de los años, ya que el streaming en 4K con sonido Dolby Atmos revolucionó la industria y las plataformas digitales se beneficiaron de ello.
Además, servicios como Netflix, Disney+ o Apple TV+ también ofrecen acceso a amplias bibliotecas de contenido, donde se pueden comprar o alquilar distintos títulos y mantenerlos en televisores inteligentes y dispositivos de streaming.
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Según una encuesta hecha por Statista Consumer Insights, los DVD y los Blu-ray están pasando rápidamente de moda en todo el mundo, con una disminución significativa en el porcentaje de encuestados que consumen video en formato físico, especialmente en el mercado internacional.
Entre 2019 y 2023, se registró una disminución en la venta de formatos físicos, principalmente en países como Alemania, Estados Unidos, India, Reino Unido, China, España, México y Brasil. En nuestro país, hubo una reducción de 11 puntos, pasando del 27 % en 2019 al 16 % en 2023, en la cantidad de encuestados que vieron algún DVD o Blu-ray.
Sin embargo, esta reducción en el consumo de formatos físicos también está influenciada por las grandes corporaciones que controlan el acervo cultural y las grandes producciones, las cuales deciden qué mantener o retirar de sus catálogos basándose en una sola cosa: la rentabilidad.
Si la relación costo-beneficio se traduce en suscriptores o en muchas reproducciones, los títulos se mantienen. Sin embargo, si tenerlos en el catálogo resulta más costoso de lo aceptable, no es algo viable y son eliminados. Aunque existen excepciones, como MUBI o FilminLatino en México.