¿Basta con prohibir la venta de comida chatarra en las escuelas?

¿Basta con prohibir la venta de comida chatarra en las escuelas?

Foto: Maribel Morillón

Prohibir la venta de comida chatarra dentro de las escuelas es una medida que provoca puntos de vista encontrados, pero esto no impide que los padres reconozcan que es su responsabilidad el vigilar la alimentación de sus hijos.

 

Desde finales del 2021 se aprobó la prohibición para vender alimentos procesados con un alto contenido calórico –alimentos chatarra– dentro de las escuelas, como una medida para combatir la obesidad infantil y la desnutrición.

 

La reforma al artículo 50 de la Ley de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes prohíbe la venta, pero también la distribución gratuita de alimentos envasados con alto contenido calórico, principalmente en las escuelas de nivel básico como son primarias y secundarias.

 

En este sentido, Imagen Poblana consultó a algunos padres de familia sobre esta ley y si consideran que ha sido efectiva para regular la cantidad de comida chatarra que consumen sus hijos, tomando en cuenta que afuera de las escuelas se mantiene la venta de estos productos sin ningún tipo de regulación.

 

El Centro Escolar Niños Héroes de Chapultepec es una de las escuelas públicas con el mayor número de matrícula en el estado, además de que tiene todos los niveles de educación desde jardín de niños hasta bachillerato.

 

En entrevista con una madre de familia de este centro escolar, confirmó que en la cooperativa escolar sí se respeta la ley y se han dejado de comercializar productos chatarra, o al menos la mayoría, pues aún se venden algunos jugos.

 

Sin embargo, para ella la medida de prohibir este tipo de productos dentro de las escuelas no impide que los padres de familia sean los primeros responsables de la alimentación de los menores.

 

 

“Ya es parte de la educación de los papás para comentarles a los hijos que a veces sí se pueden consumir y a veces no, o sea de vez en cuando sí, pero no siempre”, dijo.

 

En este sentido, explicó que el trabajo de los padres es exponer las consecuencias de las acciones; por ejemplo, si consumen demasiada comida chatarra habrá daños a su organismo por todos los químicos utilizados para su procesamiento.

 

“Concientizarlos, tanto nosotros como ellos, y hablarles de que mucha comida chatarra hace daño a su organismo, por todos los químicos que tiene, y no les hace ningún beneficio”, consideró.

 

Para esta madre de familia, prohibir la venta de estos alimentos dentro de las escuelas no es determinante y coincidió en que afuera de las escuelas también se venden y finalmente su consumo dependerá de la educación del menor.

 

Otra de las madres de familia entrevistadas explicó a Imagen Poblana que desde su punto de vista la medida de prohibir alimentos chatarra en las escuelas puede servir a la regulación cuando los padres no están presentes.

 

 

“Tal vez se regule un poco más porque ya afuera tú decides si le compras o no, o qué tan seguido le compras; en cambio, si es adentro no sabes cuánto se compra tu hijo”, afirmó.

 

No obstante, reconoció que son los padres de familia quienes deben inculcar la información necesaria para que los niños sepan que no es saludable comer alimentos procesados.

 

Una manera de incentivarlos, afirmó, es ofrecerles comida más nutritiva en casa, pero destacó que finalmente son niños y eventualmente comerán algún tipo de golosinas, siempre y cuando los padres estén conscientes de ello.

 

“Desde casa podemos fomentar la comida sana, los snacks más saludables, las verduras, cosas así (…) es responsabilidad de los padres porque vuelvo a lo mismo, ahorita le invitaron un heladito a mi hija, pero del diario salimos y pide algo”, sentenció.

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