¿Una escuela de manejo hace la diferencia entre un buen y un mal conductor?

¿Una escuela de manejo hace la diferencia entre un buen y un mal conductor?

Foto: Jesús Tepal y Freepik

Cada día, al revisar las noticias o redes sociales, uno de los altercados más frecuentes en la población son los accidentes de tránsito. Aunque hay ocasiones en que son causados por alguna falla mecánica o factor externo, muchas veces se deben a la imprudencia de algunos conductores, pues no siempre tienen la capacitación ideal para estar detrás del volante. 

 

En entrevista para Imagen Poblana, el instructor de la Escuela de Manejo Adrio’s, Óscar Andrés Acosta Pineda sostiene que en una escuela de manejo se marca la diferencia entre los buenos y malos conductores. Más allá de enseñar a manejar, estos sitios se encargan de inculcar cultura vial y respeto a todas las personas en las calles. 

 

Cursos como los que ellos imparten no se detienen únicamente en aleccionar para poner velocidades o estar al volante, sino que también abarcan mecánica básica (cambio de aceite, cambio de llantas, frenos, etc.) y cultura vial para los conductores. Esto incluye aprender a obedecer y leer señalamientos, como reaccionar ante situaciones de emergencia y, por supuesto, tener un buen control del vehículo. 

 

Algo común es que las personas opten por aprender con algún familiar o amigo, pero las escuelas cobran mayor relevancia porque ahí se enseñan temas que no conocen los familiares. Estacionarse correctamente, cambio de refacciones básicas, conducción segura y, una vez más, cultura vial, que es la vertiente más importante que menciona Óscar. 

 

“Cuando se aprende con un familiar, no les enseñan bien a meter el clutch y pueden tronar la caja de velocidades, eso ya genera un riesgo para ti, como un problema para el carro. Ese tipo de enseñanzas se deben hacer para evitar gastar dinero, tiempo y tener accidentes, porque hay gente que no enseña cuándo cambiar refacciones”, señala el instructor. 

 

Para prevenir a los nuevos conductores en la mayoría de escuelas tienen un sistema llamado “manejo defensivo”, que consiste en evitar accidentes mediante el aprendizaje de cuestiones como la distancia que debe haber entre cada auto, en qué momento detenerse detrás de otros y, algo primordial, cómo reaccionar ante un coche que frena repentinamente. 

 

 

Nuestro entrevistado hace especial énfasis en la cultura vial como la diferencia entre un mal conductor y uno bueno. En este sentido, argumenta que, si se aprendió con alguien de nulos valores en movilidad, se pueden imitar las mismas conductas. 

 

Por el contrario, en centros como donde él labora se enseñan los principios más importantes para la circulación vial. Respeto de las señales, ceder el paso a peatones y otros conductores para evitar más percances, así como respeto de velocidad en zonas escolares. 

 

Sin embargo, no todas las escuelas tienen la capacitación para disciplinar a los automovilistas, por lo que el instructor recomienda poner atención al trato que dan los tutores, su habilidad, las condiciones del vehículo, así como el cumplimiento de las normas, entiéndase la certificación necesaria o el seguro de escuela de manejo en caso de algún accidente. 

 

Para asegurarse de que la seguridad es hacia todas las personas en las calles, las escuelas involucran el respeto y cuidado con los peatones. Ellos instruyen para fijarse en las banquetas y ver si alguien intentará cruzar por sorpresa, o si una persona sale de entre los coches. A pesar de que la norma para los peatones es cruzar en las esquinas, algunos lo intentan en medio de la calle, por lo que se debe enseñar a prevenir este tipo de escenarios. 

 

En cuanto a otros conductores, las escuelas ayudan a identificar cómo es el comportamiento de los demás y así evitar accidentes o peleas con otros automovilistas. La lección es simple, pues saben que la mejor alternativa siempre será ceder el paso u observar las acciones ajenas, pues no se pierde mucho tiempo y se fortalece la cultura vial. 

 

“Muchas veces la gente toma cursos con familiares o amigos para ahorrarse el dinero, pero por ese poco que se ahorran pueden terminar pagando un poco más. Pueden llegar a atropellar a alguien o pueden chocar y generar gastos materiales. Lo podemos evitar, ¿cómo? Tomando clases de manejo”, finalizó Óscar. 

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