El pasado sábado durante los Cuartos de Final de la liga Sub-18, los jugadores de América y Cruz Azul protagonizaron una pelea dentro del campo de juego que llevó a la expulsión tanto de los técnicos de ambas escuadras, así como de algunos jugadores que han sido suspendidos y probablemente no vuelvan a tener participación en las finales del torneo. Este no es el primer incidente similar que ocurre en el futbol mexicano, pues no solo los aficionados se involucran en conflictos violentos.
El portero de la Máquina y seleccionado mexicano, José de Jesús Corona, es uno de los futbolistas que ha sido protagonista de las riñas más populares, destacando por su impulsiva agresividad. Su primera pelea se registró en las semifinales de Liga Bancomer en el torneo Clausura 2011.
El Cruz Azul se enfrentaba al Morelia por el pase a la final, cuando un pseudo aficionado invadió el campo provocando a los jugadores visitantes, esto desembocó en un gran altercado que incluyó a jugadores de ambos equipos, entre ellos el guardameta, quien fue registrado por las cámaras de televisión abierta cuando dio un fuerte cabezazo al preparador físico del equipo contrario.
En la disputa también se vio involucrado Christian Giménez, quien se dirigió al aficionado con una “patada voladora” para sacarlo del campo, este fue el detonante de la pelea. El “Chaco”, entonces delantero de la máquina, también explotó y comenzó a tirar golpes. El árbitro en turno, Francisco Chacón, decidió expulsarlo junto a Isaac Romo por parte de La Máquina, mientras que, por Morelia, Miguel Sabah fue el único expulsado.
El partido de vuelta en las Semifinales de 2021 entre León y Tigres también registró un zafarrancho tras la anotación de Ángel Mena en favor de León. Nahuel Guzmán se hizo de palabras dentro de la cancha con el árbitro y Rodolfo Cota, mientras que Miguel Herrera fuera del terreno comenzó a discutir con jugadores de la banca de León.
Fue el mediocampista de los universitarios, Juan Pablo Vigón, quien inició la trifulca al empujar a Santiago Colombatto. La pelea llegó hasta la banca y Osvaldo Rodríguez de León fue en busca de Luis Quiñones, con quien se agarró a golpes.
Pero la pelea más memorable se vivió con dos conjuntos clásicos, lo que reforzaría la enemistad entre el América y las Chivas. El 17 de agosto de 1986, en el Estadio Jalisco, el América ganaba el partido 1-0, con un gol que había marcado Eduardo Bacas. En el minuto 76, tras una falta, el mencionado Bacas no dejó despejar al portero Ledesma, que fue auxiliado por Fernando Quirarte, quien empujó a Bacas para dar inicio a la madre de todas las peleas en el futbol mexicano.
Esta pelea tuvo tal impacto que los 22 jugadores sobre el campo terminaron siendo expulsados.