Mal de principio a fin, así fue la gestión de López-Gatell en la pandemia

Mal de principio a fin, así fue la gestión de López-Gatell en la pandemia

Foto: Gustavo Torres

La pandemia por COVID-19 marcó la historia moderna del mundo. En México, en medio de esta emergencia sanitaria, surgieron múltiples protagonistas que se encargarían, supuestamente, de llevar a cabo el control de la pandemia para tratar de evitar una catástrofe, siendo el más notable Hugo López-Gatell Ramírez.

 

Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, epidemiólogo por formación, López-Gatell fue el perfil elegido para atender la emergencia en el país, pero, desde el principio hasta el fin, su gestión estuvo rodeada de polémicas y críticas por su actuar. Al comienzo se le vio como un hombre carismático y con conocimiento de causa teniendo más protagonismo que el propio secretario de Salud, Jorge Alcocer, pero conforme avanzó la crisis, la situación cambió.

 

Actualmente, un juez federal ha ordenado a la Fiscalía General de la República (FGR) seguir adelante con las investigaciones por el manejo negligente de López-Gatell durante la pandemia. Las acciones legales en su contra se iniciaron desde noviembre del 2020 por la muerte del ciudadano Felipe del Carmen Jiménez Pérez.

 

 

Según las cifras oficiales de la Secretaría de Salud, las muertes en México por esta enfermedad alcanzaron las 333,981; sin embargo, otro indicador para saber con más certeza cuánta gente perdió la vida realmente es el exceso de mortalidad. Dicha dependencia arroja un número sustancialmente mayor, siendo de más de 700,000 muertes por COVID-19, con lo que el país se convierte en uno de los que más defunciones registraron por el virus en el mundo.

 

El primer contagio de COVID-19 se hizo oficial el 28 de febrero del 2020 y para el 18 de marzo ya había muertes. Dos días después se suspenden clases y el 23 de marzo inicia la jornada de sana distancia. Una de las principales críticas recae en la tardía reacción del subsecretario en implementar medidas más estrictas de control.

 

La fase 2 se declaró el 24 de marzo y la 3 no se vio hasta el 21 de abril, y hasta esta parte de la pandemia se impusieron medidas más férreas desde la federación, estableciendo que todos los estados debían apegarse a ellas y ninguno podía estar por debajo. Se suspendieron las actividades no esenciales y se empezó con la prohibición de reuniones públicas masivas.

 

La estrategia de López-Gatell fue contraria a las recomendaciones de organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS). En primer lugar, la OMS siempre aconsejó el uso del cubrebocas como una forma de ralentizar la propagación del virus. Aunque esto pudiera dar una falsa sensación de seguridad, era necesario usarlo.

 

Sin embargo, Hugo López-Gatell repitió en ocasiones que la mascarilla era inútil y no era necesario portarla en ningún lugar. Según el subsecretario, el uso en la población general causaba desabastecimiento para el personal de la salud y no impedía los contagios.

 

Durante sus conferencias diarias en las que rendía informes de las cifras de contagios, muertes y avance de la pandemia, al igual que el presidente López Obrador, López-Gatell nunca usaba cubrebocas y pocas veces se le vio usándolo. En algún momento la gente lo grabó mientras estaba por las calles de la Ciudad de México y en supermercados sin seguir las recomendaciones.

 

 

La OMS exhortó a los países que pudieran a hacer tantas pruebas como fuera posible para monitorear el comportamiento del virus, pero en México se optó por usar el llamado “Método centinela”. Este consistía en tomar solo una muestra de los contagios reportados y con eso se calculó el número real, que podía ser hasta ocho veces mayor.

 

Especialistas señalaron que este modelo no era tan efectivo en este contexto, pues estaba planeado para situaciones de menor intensidad y no era ideal para un virus tan nuevo como el coronavirus. Aún no se sabía cómo se comportaba el COVID-19, su mortalidad y no se conocía a cabalidad sus formas de transmisión, por lo que no era el sistema ideal para el control.

 

Una de las constantes del epidemiólogo fue apelar a la responsabilidad individual, siempre instando a la gente a permanecer en casa y no salir más que para actividades de primera necesidad. Para junio del 2020, cuando se estaba viviendo uno de los picos más altos de contagios, las autoridades declararon la vuelta a la reapertura económica y actividades comerciales.

 

Aunque se planeó que fuera con más medidas de sanidad y como una forma de apoyo a los comercios, antes de que terminara el año México ya contaba con más de un millón de casos y más de 100,000 muertes de manera oficial.

 

Todavía a finales del 2020, López-Gatell llamaba a la prudencia y a quedarse en casa, pero apenas en enero del 2021, cuando había un repunte de casos después de las fiestas decembrinas, se le captó de vacaciones en una playa de Oaxaca. En las imágenes no se le veía con ninguna medida de prevención, sin cubrebocas o sana distancia entre sus acompañantes.

 

 

Para López-Gatell, aquellas personas que sospecharan de estar enfermas, pero no presentaran síntomas graves, no debían acudir a centros de salud u hospitales, pues no lo ameritaba.

 

El 5 de mayo de este año la OMS declaró el fin de la emergencia a nivel mundial y el 9 el presidente López Obrador firmó el decreto en el mismo sentido. De acuerdo con López-Gatell, México ya tenía las características para cumplir con esto por los contagios a la baja, inmunización y pocas muertes. Ahora con las investigaciones en su contra, se le carga la responsabilidad por la muerte de cientos de miles de mexicanos por no haber manejado la situación con más determinación.

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