El streaming es uno de los avances tecnológicos que más ha cambiado la forma de consumir entretenimiento, abarcando desde películas, series televisivas, hasta el amplio mundo de la música, donde varias empresas han tratado de luchar por el mercado.
Escuchar música a través de internet es una actividad que se remonta a hace poco más de dos décadas, cuando hacerlo era ilegal, pero permitía conocer artistas de muchas partes sin tener que comprar un disco o conseguirlo para quemarlo.
Aunque hoy en día muchas personas que escuchen hablar de música por streaming pensarán en plataformas como Spotify, Amazon Music, Apple Music o Deezer, lo cierto es que hay algunos antecesores que vale la pena recordar.
Napster
Hablar de la historia de la música por streaming amerita sin duda mencionar a Napster, una plataforma fundada en 1999 por el famoso Sean Parker, la cual permitía el intercambio de archivos a través de una red P2P.
Esta plataforma permitía alojar archivos de audio en formato MP3 que eran intercambiados con otros usuarios a través de la web, facilitando el acceso a la música sin importar que no se tuviera el disco físico.
Esto también representaba una violación a los derechos de autor de todas las disqueras, por lo que el éxito de Napster duró unos pocos años y en 2001, la plataforma tuvo que pagar más de 30’000,000 de dólares por daños a las empresas disqueras que los demandaron.
Ares
La creación de Napster, de acuerdo con muchos expertos, influenció directamente el surgimiento de otra plataforma como fue la de Ares, una plataforma lanzada en el 2002 que permitía una búsqueda de archivos P2P para descargar tanto música en formato MP3, como fotografías y video.
Se volvió famosa en muchos países de Latinoamérica, ya que era completamente gratuita y permitía en verdad disfrutar de uno de los primeros servicios de streaming, pues la persona podía escuchar la música o ver el video aún sin descargarlo.
Ares también permitía guardar los archivos y obtener esas canciones en formato MP3 que por muchos años alimentaron los primeros celulares con reproductor de música, así como algunos otros dispositivos de almacenamiento como los Walkman o los primeros iPod.
The Pirate Bay
La plataforma denominada The Pirate Bay también ganó gran popularidad ofreciendo la descarga de archivos compartidos por otros usuarios a través de sus servidores, muy similar a lo que ofrecía en su momento Napster y Ares.
The Pirate Bay surgió en 2004 y durante varios años buscó establecerse como una plataforma que no solamente facilitaba el acceso a esos datos, sino que lo hacía en forma de protesta contra las leyes de Copyright o derechos de autor.
Esto le trajo múltiples problemas legales que provocaron que en el año 2012 se hiciera un aseguramiento de sus servidores en Suecia, permitiendo la detención de algunos de sus fundadores que estuvieron en prisión por un par de años.
Las nuevas plataformas
Fue justamente con la caída de The Pirate Bay que comenzaron a surgir otras plataformas que intentaron aprovechar el streaming, pero de forma legal, surgiendo los primeros servicios de música en la nube como servicio de pago.
En este rubro encontramos que una de las fundadoras fue Spotify, que al igual que The Pirate Bay, tiene su origen en Suecia.
Spotify es considerada la primera plataforma en conseguir las licencias por parte de varias disqueras para poder poner al alcance de los usuarios música de forma legal a través del streaming, con diferentes modalidades de pago.
En 2013 la plataforma comenzó a llegar a varios países, incluido México, y actualmente es una de las que tiene mayor número de suscriptores y un amplio catálogo musical a su disposición.
Ante el éxito que representó esta modalidad, otras empresas han ido surgiendo con el mismo modelo y, aunque prácticamente todas ofrecen la misma cantidad de canciones, las mismas tarifas y la misma calidad de audio, cada una se ha ido haciendo con un público especial.