La niñez en México enfrenta grandes retos, pero la violencia es un aspecto al que los menores están expuestos con mayor frecuencia. Aunque muchas veces puede pasar desapercibido, expertos señalan que la violencia dentro del núcleo familiar es la que más perjudica a los menores.
La infancia es una de las etapas más relevantes en la formación de un ser humano, por lo que es necesario prestar atención a los cuidados y guía que aquellos que son padres deben lograr para que sus hijos se desarrollen en ámbitos sociales una vez que vayan creciendo.
La importancia también radica en que los niños son muy vulnerables a su entorno, ya sea dentro de su familia o en el contexto escolar, ámbito en el que se llegan a viralizar más formas de violencia como el maltrato emocional, acoso sexual o golpes, por mencionar algunos. Pero, para lograr que los niños sean independientes es necesario prestar atención al núcleo familiar.
La doctora Sonia Frías Martínez, del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM, señala que los niños, al ser dependientes, están en una situación de mayor riesgo, pues aparte de padecer las mismas formas de violencia o victimización que los adultos, los pequeños padecen formas específicas, como el bullying y el ciberacoso.
Al percibir violencia en su primer círculo social, los menores son más vulnerables a distintos escenarios y es más fácil que sufran diferentes tipos de violencia, pues estos terminan adoptando determinadas formas de victimización dependiendo del contexto en el que se desarrollen.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Cohesión Social y Prevención de la Delincuencia hecha a menores de entre 12 a 17 años, el 24% de los encuestados afirmó haber padecido bullying; otro 24% fue víctima de robo y el 5.7% algún robo violento; el 10% padeció violencia física; el 6% amenazas, mientras que el 5.8% sufrió algún tipo de abuso sexual. En total, el 44% de los jóvenes que participaron en esta encuesta padeció alguna forma de victimización durante el último año.
Sonia Frías destaca una hipótesis en la que señala que, durante los primeros años, el riesgo de sufrir golpes y hasta ser víctimas de homicidio aumenta de forma exponencial en los menores, esto podría estar relacionado con embarazos no deseados, en los que probablemente muchos de esos casos son de abusos sexuales hacia la mujer, así que se convierten en un ciclo pues “es una violencia que se ejerce como fruto de otra violencia”.
Otro de los factores que pueden propiciar las diferentes formas de violencia son los matrimonios forzados, pues en México 1 de cada 100 mujeres fue agredida sexualmente y robada para casarse, esta situación es recurrente en estados como Hidalgo, Guanajuato, San Luis Potosí, Veracruz y Zacatecas.
Ante este escenario, la doctora Frías asegura que las principales personas que ejercen violencia contra los niños en la familia son las madres, debido a que pasan más tiempo con el menor, aunque esta suele tener menos consecuencias que la que ejercen los padres sobre la salud física del niño.