Las nuevas tendencias de comercio hacen que los negocios tengan que adentrarse a más áreas con tal de incrementar sus ventas y ganancias. En este sentido, el comercio electrónico o e-commerce ofrece una amplia gama de posibilidades para que los emprendedores den un salto y logren crecer, pero primero hay que saber que se necesita para formar parte de este mundo.
Los emprendimientos más pequeños requieren crear estrategias para subsistir y aumentar sus ventas. Las herramientas para los comercios en línea son llamativas, ya que representan una oportunidad de llegar a más gente y expandir un negocio. Con la pandemia y ante la imposibilidad de llevar a cabo actividades normales, la venta en plataformas fue un alivio que terminó por impulsar a distintos giros a incursionar en este ámbito.
Hay varias opciones, siendo las más frecuentes la adquisición de un dominio web propio o venta a través de aplicaciones que conectan con más clientes, como las de delivery. Las ventajas de establecer un comercio en línea son varias, ya que dan más visión, identidad, imagen de profesionalidad y presencia en buscadores de internet.
Aunque todo parezca tener beneficios, primero hay que cumplir una serie de requisitos para establecerse adecuadamente. Para comenzar en el e-commerce es importante saber qué productos son viables en esta modalidad. Es relevante hacer un análisis previo sobre el tamaño potencial de la clientela, contexto de los posibles competidores, si es algo de moda pasajera o que durará por mucho tiempo y la capacidad de compra de los consumidores en relación a los precios.
Bajo la misma línea, hay que contemplar si es redituable la inversión con las ganancias que se puedan obtener, así como la utilidad del producto o servicio que se oferta. Finalmente, si es un producto, cuestionar si se tiene la capacidad de cubrir la futura demanda en cuanto a almacenamiento y producción; en los servicios, estudiar el tamaño de personal para atender las hipotéticas contrataciones.
Si se continúa, se deben tener en cuenta algunas consideraciones como solvencia y respaldo económico, así como la capacidad de cumplir con las obligaciones fiscales de digitalización y cubrir los requerimientos de logística.
En México, ante el aumento en comercio electrónico, la Secretaría de Administración Tributaria (SAT) ha dado más facilidades para cumplir con el ejercicio fiscal. Primero es importante estar dados de alta ante hacienda y estar adheridos al régimen correspondiente, entiéndase el de “Actividades empresariales con ingresos por plataformas digitales”, esto para personas físicas.
Para que las plataformas procesen todas las ventas adecuadamente, se debe contar con la e.firma y un comprobante de identificación fiscal para empezar a tributar.
Iniciar a exhibirse no es una cuestión sencilla, ya que es imprescindible elegir la opción más adecuada acorde al negocio que se tenga. Por ejemplo, si es uno de comida rápida, la mejor alternativa es vender a través de aplicaciones de reparto como Uber Eats, Rappi o Didi.
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Para estas páginas no es necesario más que el cumplimiento de la documentación fiscal. En ocasiones ni siquiera se precisa un local físico, pues con tener la ubicación correcta ya se puede comenzar. Actualmente también han abierto la posibilidad de conectar el servicio de paquetería con sus repartidores, por lo que otro tipo tiendas, como las de ropa, pueden dar sus productos a domicilio con más facilidad.
Por otra parte, si se quiere establecer una tienda en línea propia, hay que contratar a un experto en diseño web que cargue por completo nuestro catálogo de productos y servicios. Además, tiene que ser conocedor del posicionamiento en buscadores para que el negocio llegue al público indicado. Aquí hay una vertiente más, y es que da la posibilidad de expedir los productos a lugares más alejados, por lo que se tiene que pensar en la forma de cumplir con los envíos.
Para esto, los negocios que apenas son emprendimientos tienen la opción de comprar guías de prepago con empresas de paquetería. Con estas, se llega a lugares más lejanos, con menos costos que con una empresa de logística y relativamente rápido, aunque se tienen que llevar personalmente los paquetes a las sucursales.
Más formas de envío, son con la conexión directa de la tienda a la agencia de paquetería, aunque requiere la programación de parte del diseñador, y la constante supervisión para cerciorarse de que los pedidos se registran correctamente; pero también está la contratación con la agencia para que lleven los paquetes, algo más costoso.
Una vez que se han resuelto las cuestiones de legitimidad fiscal, alojamiento web y logística, lo siguiente es definir la manera en que se planea llegar a más clientes potenciales. En este paso es necesario diseñar e implementar un plan de negocios en donde se examine quién es nuestro público y cómo acercarnos más a ellos.
Para este cometido, las redes sociales juegan un papel fundamental, ya que son vías de comunicación en las que se entabla comunicación directa con la gente. Muchas personas creen que pueden hacer esto solos, pero terminan desarrollando perfiles sin idea ni identidad, por lo que no captan la atención deseada, es aquí cuando un equipo de publicidad digital es útil para lograr una mejor difusión.
Para saltar esto, también existe la opción de alojarse en sitios que son especiales para venta, como Shopify, Amazon, Mercado Libre u otras que no piden tanto conocimiento en diseño de páginas o pago por dominios.
Finalmente, hay que fijarnos en cómo se comporta el mercado en que estamos inmersos. Ver cómo se mueven nuestros competidores directos es importante para aprender a estudiar a nuestro público objetivo. Hay que recalcar que si es un negocio de reciente apertura con fondo económico limitado, las comparaciones con grandes cadenas no son del todo útiles, ya que estas tienen a su disposición muchos recursos y varios equipos especializados en mercadotecnia, ventas y posicionamiento de marca.
En cambio, con aquellos que están a nuestro nivel podemos observar más a detalle sus debilidades para evitarlas, fortalezas para tratar de replicarlas, e igual de importante, precios y calidad de productos o servicios.
