Presentan libro “Diagnóstico de la mortalidad autoinfligida en el estado de Puebla”

Presentan libro “Diagnóstico de la mortalidad autoinfligida en el estado de Puebla”

Con una taza de aproximadamente dos casos al día y muy pocas alternativas prácticas para prevenirlo, el suicidio se coloca como una de las 10 primeras causas de muerte en México, por lo que ya es un tema primordial para las autoridades.

 

Con dicha hipótesis se escribió el libro "Diagnóstico de la mortalidad autoinfligida en el estado de Puebla: acciones para su atención", escrito por Quetzalcoatl Hernández Cervantes, coordinador del doctorado en Investigación Psicológica de la Universidad Iberoamericana de Puebla.

 

Dicho libro fue presentado este miércoles en la Universidad Iberoamericana de Puebla con la participación de especialistas en derechos humanos, activismo social, ciencias de la salud y otros ámbitos que permiten hacer un análisis interdisciplinario del fenómeno social que representa el suicidio.

 

Durante la presentación del libro Quetzalcóatl Hernández explicó que algunos estudios permiten establecer que el suicidio es un fenómeno social con una tasa de mortalidad incluso más alta de la que se establece los números oficiales publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

 

Sin embargo, para mantener el rigor científico de su obra, se utilizan los números oficiales que ya de por sí son preocupantes y que arrojan que en Puebla se cometen aproximadamente dos suicidios al día, siendo los hombres quienes están a la cabeza de la incidencia en estos casos.

 

Este fenómeno que se puede analizar desde diversas aristas, no solamente afecta a personas que por su edad puedan verse agobiados por los efectos de la vida adulta como las deudas o los problemas familiares, sino que también se presentan a corta edad.

 

 

De acuerdo con los datos establecidos en este libro, los primeros pensamientos suicidas surgen a partir de los 9 años y la incidencia de casos en la entidad se centra específicamente entre los jóvenes de 15 a 24 años, de ahí que se vuelve preocupante ver qué pasa con la juventud para que sean orillados a tomar una decisión tan fuerte.

 

Si bien el suicidio está entre las 10 primeras causas de mortalidad en el país, llama más la atención que se ubica entre las primeras cinco causas de muerte violenta, tan sólo por atrás de los accidentes, agresiones dolorosas y homicidios dolosos.

 

En su libro, Quetzalcoatl Hernández no solamente expone los datos, sino que además manifiesta la necesidad de crear políticas públicas que permitan entender el problema del suicidio, tomando en cuenta que muchos de los casos pueden ser impredecibles y darse en lugares recónditos.

 

Los datos revelan que las personas que deciden atentar contra su vida no solamente utilizan armas de fuego o armas blancas, sino que pueden llegar a hacerlo con cualquier objeto que les permita colgarse de algún punto alto o justamente saltar desde una estructura elevada.

 

Basado en dichos preceptos se establece la hipótesis de que a veces los esfuerzos para prevenir el suicidio pueden ser insuficientes ya que se tendrían que colocar barreras o limitar los accesos a puntos altos, situación que se vuelve prácticamente imposible, por lo que es necesario recurrir a otras técnicas.

 

Además de la comunicación familiar, Quetzalcóatl Hernández aborda el problema de la regulación de las armas y también la tenencia responsable de estas en algunas viviendas, manteniéndolas lejos principalmente de aquellas personas que potencialmente podrían recurrir a un suicidio.

 

En un mundo tan inmerso en las redes sociales, estas pueden ser una forma de monitorear a personas potencialmente susceptibles al suicidio, pues muchas veces el aislamiento es una de las primeras llamadas de alerta e incluso el mantenerse activo en las redes sociales puede ayudarle mucho a las personas que en algún momento han tenido un pensamiento suicida.

 

Quetzalcoatl Hernández concluye que se debe de hacer una revisión a la Ley General de Salud para incluir y actualizar toda la información referente al protocolo para atención de suicidios y generar políticas públicas que permitan crear campañas efectivas para concientizar a las personas sobre este problema.

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