Hace apenas unas cuantas semanas la embajadora emérita Martha Bárcena denunció oficialmente que, a espaldas del Senado y de la opinión pública, Marcelo Ebrard había negociado un acuerdo con Estados Unidos para convertir a México en “tercer país seguro” para que los migrantes que desean ingresar al vecino país del norte permanezcan en el nuestro en tanto cumplen con los requisitos para ser aceptados.
Eso sucedió cuando el actual gobiernito ni siquiera había iniciado funciones.
Y ante ello no sólo Ebrard, incluso Andrés Manuel López Obrador en una de sus matinés palaciegas, negaron lo que es evidente… como siempre niegan la realidad.
Cuando oficialmente comenzó a manejarse la posibilidad –que ya para entonces era y es una realidad--, hubo voces en el Congreso que manifestaron su oposición.
El primero, fue el entonces presidente de la Cámara de Diputados, Porfirio Muñoz Ledo, quien llamó a la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) a responder a la medida promovida por el presidente estadounidense Donald Trump, para prohibir el asilo en ese país, al considerar que coloca a México como tercer país seguro.
“En cuanto diputado, no solamente presidente de la Cámara y del Congreso de la Unión, yo juré hacer cumplir la Constitución y lo voy a hacer con todas las fuerzas a mi alcance, así sea contra las decisiones que se tomen por cualquier ámbito del poder público mexicano”, apuntó el veterano político el 16 de julio de 2019.
Un mes después, el 27 de agosto, todas las fuerzas políticas representadas en la Junta de Coordinación Política del Senado de la República que encabeza el zacatecano Ricardo Monreal cerraron filas y reiteraron su rechazo contundente a que México negocie con Estados Unidos un acuerdo que lo convierta en un tercer país seguro.
Y al Poder Ejecutivo, esto es a AMLO y a su secretario de Relaciones Exteriores, la oposición del Legislativo les valió madres.
México es, en los hechos y no en el derecho, un denominado “tercer país seguro.”
Y no, no somos un país seguro
La inseguridad es una característica constante de nuestro país.
Los mexicanos y los extranjeros vivimos cotidianamente en la zozobra de ser violentados en nuestra integridad y en nuestras propiedades.
Las únicas razones de ser del Estado, la justicia y la seguridad para sus habitantes, se han convertido en trebejos.
Y él hace de los conceptos un rincón de cachivaches, sin darse cuenta de que la rebelión está a las puertas de “su” palacio prestado, el emperador lanza declaraciones de guerra contra su propio pueblo.
En el caso de los migrantes las cosas son aún peor.
A través de las oficinas de Migración, efectivos del Ejército y de la Guardia Nacional violan los derechos humanos de los migrantes centroamericanos y mexicanos en las fronteras sur y norte, pidiendo moches a cambio de salvar la vida. Los únicos que están en jauja son los “coyotes” y los “polleros” en eso territorios bajo la ley de la selva.
Todo, para voltear el sombrero y mendigar las garnachas al Imperio de Joseph Biden. Todo por mantener a sus chairos embelesados con estrategias de rancho.
Y ahí están los resultados:
Migrantes asaltados y hasta secuestrados en las carreteras de todo el país.
Migrantes muertos en accidentes tras los que se descubre que hasta un par de centenares viajan en las cajas de tráileres hacinados, sin agua, prácticamente sin aire merced al negocio en el que participan no sólo “coyotes”, también funcionarios, militares y policías de la 4T.
El incendio de este lunes en la estación migratoria en Ciudad Juárez que cobró cuatro decenas de víctimas mortales y un tanto similar de heridos es la cereza de este pastel de corrupción del cual no sólo son responsables los tres niveles del gobierno mexicano, también los bolivarianos presidentes de Cuba, Venezuela, Nicaragua… todos ellos muy amigos de López Obrador.
Y claro, también hay responsabilidad del gobierno estadounidense que, ingenuamente, aún cree que México es un país seguro.
¿No cree usted?
Indicios
Y mientras esas tragedias suceden, Marcelo Ebrard se pasea por Nuevo León a bordo de un Tesla conducido por el controvertido gobernador Samuel García. * * * En su matiné de ayer, AMLO dedicó apenas un par de minutos para referirse a la tragedia e inculpar de ella a los migrantes de ser causantes de su propia muerte. * * * Todas las baterías presidenciales –y de sus seguidores-- siguen enfocadas hacia sus vecinos de la Suprema Corte de Justicia. * * * Mientras Alejandro Alito Moreno, dirigente nacional del PRI twittea que los legisladores del tricolor votarán en contra de las cuartetas morenistas de las cuales surgirán la presidente del INE y otros tres nuevos consejeros, el coordinador de la bancada tricolor en la Cámara Baja, Rubén Moreira dio a entender su conformidad con los perfiles de los aspirantes hasta ahora conocidos. * * * Lejos del centro político, Nayarit casi nunca da de qué hablar. Pero en la última semana su gobernador, el morenista Miguel Ángel Navarro, ha acaparado los reflectores no sólo por haber decretado un muy cuestionable acuerdo para pensionar a los trabajadores al servicio del gobiernito de esa entidad, ahora también por haber utilizado a las fuerzas policiacas para coaccionar, este lunes, a los maestros de las secciones sindicales 20 y 49 del SNTE para que “eligieran” dirigentes que le fuesen cómodos al mandatario. Troglodita, es el calificativo que mejor le viene. * * * Alejandro Murat Hinojosa sigue visitando las entidades de la República en su afán de conseguir la candidatura presidencial de la Alianza en contra del Movimiento de AMLO. Apenas estuvo en Michoacán, presentando un libro de su autoría donde expone su proyecto. Antes se le vio por Veracruz también haciendo proselitismo. * * * Congruente la renuncia de Edmundo Jacobo Molina al secretariado ejecutivo del INE. Poco margen de maniobra tendría ahí a partir del próximo 3 de abril, cuando los cuatroteros ya se habrán hecho del control del Instituto. * * * Gracias por acompañarme con la lectura de este Índice Político. Como siempre, le deseo ¡buenas gracias y muchos, muchos días!