Para ayudarse a salir de la crisis económica que le afectaba, el FC Barcelona se alió con la plataforma musical Spotify. Esto supuso al equipo catalán cambiar el nombre a su estadio y prestar su camiseta para promocionar la aplicación y a varios artistas, entre los que destaca la española Rosalía con su disco más reciente, Motomami, que se anunciará en el jersey del club durante el próximo clásico español.
El costo de esta edición de la indumentaria azulgrana va de los 400 a los 2,000 euros, es decir, entre 7,957 y 39,786 pesos mexicanos aproximadamente. Esta no es la primera vez que el equipo lo hace, ya que anteriormente también mostraron el logo del rapero estadounidense Drake en un partido contra el Real Madrid en octubre del 2022.
Las ediciones conmemorativas de las playeras de futbol por lo general tienen un importe más elevado del normal, aunque el precio convencional también es considerablemente alto; sin embargo, esto no es impedimento para que haya instituciones que año con año vendan sus uniformes por millones.
Por ejemplo, la temporada pasada el Bayern Múnich (Adidas), fue el que más despachó en el mundo, con un total de 3’250,000 playeras, seguidos del Real Madrid (Adidas) con 3’050,000, y más atrás el Liverpool (Nike) con 2’450,000 unidades. Los costos de las camisetas de estas tres escuadras son de 1,499 pesos, 1,799 y 1,799 respectivamente.
Por otra parte, la mayoría de los uniformes de los equipos de la Liga MX están por encima los 1,000 pesos, como el del Club Puebla, que recientemente cambió de patrocinador a la marca Pirma, costando 1,200 pesos una playera y 700 un short. La de FC Juárez, que tiene al patrocinador más discreto, Carraca, cuesta 1,299 pesos.
Se ha hecho normal ver estos precios, pero poco se sabe sobre los factores que se toman en cuenta para determinarlos. Logística, fabricación, marcas, ganancias del equipo, impuestos y mercadotecnia son decisivos para las valoraciones. En primer lugar, las utilidades no son íntegras para ninguna de las partes involucradas, entiéndase equipos, distribuidores o fabricantes.
Quizá la parte más barata del proceso es precisamente la fabricación y el resguardo, pues en algunas marcas el coste por unidad ronda los diez dólares. El siguiente paso es transportarlos desde los lugares de origen hacia los países que tanto los demandan. La mayoría de los grandes fabricantes (Adidas, Nike, New Balance, etc), tienen sus plantas en Asia, por lo que el recorrido puede ser largo.
Esto supone otro aumento, aproximadamente menos de cuatro dólares, y ya se incluye el seguro en transporte, importación, envío y publicidad. De ahí empieza la venta, que dispara exponencialmente el precio final.
Aquí se tiene que acotar que los diferentes vendedores, ya sean tiendas departamentales, centros comerciales o tiendas en línea tienen más vertientes, como el pago a personal, renta de un local o mantenimiento de sitio web y publicidad, suponiendo otros 44 dólares, de los cuáles solo van al bolsillo del distribuidor cinco. Finalmente, los impuestos, dependiendo del país, pueden representar 15 dólares sobre el producto.
El fabricante suma, por unidad, cerca de 17 dólares, dando en total 90. En México esto oscila a los 1,700 pesos al tipo de cambio actual.
Y es que anteriormente los fans no tenían los uniformes auténticos, tal como los usan los jugadores en la cancha, pues eran más caros ya que esos requieren otro tipo de materiales e incluyen más tecnología para transpiración, comodidad y agilidad lo que encarece el producto. Las del aficionado promedio solo cuentan con un uso fácil y relativamente cómodo.
Con la demanda se abrió esta posibilidad, dando los precios que conocemos hoy en día, más caros que nunca, incrementando conforme crece la inflación, aunque siempre con aficionados dispuestos a pagarlos.