Tras una votación unánime del consejo de la FIFA en Zúrich llevada a cabo el pasado 10 de enero, se aprobó el primer cambio a los mundiales desde 1998, con la ampliación de 32 a 48 países participantes en la justa, lo que modificará la fase de grupos ampliando el tiempo del torneo.
La decisión fue celebrada por directivos quienes argumentaron que la última edición del torneo brindó una de las mejores fases de grupos de la historia por tener selecciones “pequeñas” llegando hasta las últimas rondas. A pesar de eso, las críticas no se han hecho esperar.
Tras el escándalo del “fifagate” y las acusaciones de enriquecimiento ilícito sobre Joseph Blatter junto a un amplio grupo de directivos de federaciones, Gianni Infantino, pasó a ocupar el cargo de presidente de la FIFA y el cambio de formato fue su primera instrucción como autoridad siendo parte de sus promesas de campaña, alegando dar una imagen más “inclusiva” al Mundial.
La expansión significa que alrededor de una quinta parte de los 211 miembros de la FIFA puede participar. El formato tradicional, crea ocho grupos de cuatro equipos cada uno donde solo pasan las dos selecciones con la mayor cantidad de puntos, a esto le siguen cuatro rondas eliminatorias para designar a un ganador.
El torneo ampliado contará con 16 grupos de cuatro equipos, solo los dos primeros pasaran de ronda, mientras que los terceros lugares disputarán un repechaje, de esta forma el formato final se extiende hasta dieciseisavos, por lo que habría 104 partidos, lo que extendería el mundial al menos una semana más.
Pero tanto aficionados como analistas deportivos han señalado que la expansión a 48 equipos, solo traería beneficios a la federación. Hablando económicamente, el cambio podría traducirse en un aumento de los ingresos de hasta un billón de dólares debido a los acuerdos por emisión en televisión, así como la gran cantidad de patrocinadores.
Otro aspecto a tomar en cuenta, es una disminución en la calidad del futbol pues se estarían asignado lugares a escuadras que no suelen calificar por no estar a la par de sus homólogos; ante esto, Infantino ha sugerido la tanda de penaltis durante los partidos de grupo para evitar la colusión entre los equipos.
El tener tantos equipos también complica la logística del torneo, pues el horario jugaría en contra de la afición quienes también han externado su preocupación por tener partidos “aburridos”, que solo son relleno.