El cineasta mexicano Guillermo del Toro recibió el Oscar correspondiente a la Mejor Película Animada por la cinta “Pinocho”. Este es el tercer galardón que obtiene, luego de haber ganado dos en 2018 en los rubros de Mejor Director y Mejor Película por “La forma del agua”.
Del Toro también codirigió y coescribió la reciente adaptación de la popular novela de Carlo Collodi, por lo que recibió el permio junto a su codirector y coproductor Mark Gustafson y a los coproductores Gary Ungar y Alex Bulkley.
“Se ha estado haciendo animación desde los años 80 en Guadalajara, de donde vengo; empezamos en Super8, después pasamos a 16mm y finalmente a 35”, explicó el mexicano en rueda de prensa.
“También se han estado haciendo grandes cortometrajes (en este formato) en Ciudad de México y en Monterrey”, agregó.
Por otro lado, el director anunció que abrirá dos programas de becas de animación, además de que tiene la idea de financiar una clase entera de “stop motion” para artistas mexicanos. En este sentido, aseguró que esta técnica es “la forma más democrática de la animación”, ya que todas las demás “son demasiado caras”.
“Puedes decir exactamente lo que quieres con ella sin tener que gastar una fortuna”, afirmó. “En ese sentido, México y Latinoamérica están en condiciones de competir con el mundo entero usando la fuerza del alma y la potencia artística”, comentó.
Debido a esto, el director explicó que fue importante filmar una parte de “Pinocho” en Guadalajara, además, dijo estar emocionado ante la próxima edición del Festival Internacional de Animación de Annecy, en Francia, que estará dedicada a México.
Por otro lado, el director habló sobre los avances que han conseguido los cineastas latinos en Estados Unidos, aunque aseguró que todavía hay cosas que deben cambiar. “Estamos mejor, pero todavía nos falta; de todos modos, cada vez que haces algo, no puedes hacerlo únicamente para ti, sino para toda la gente que viene detrás”, señaló.
Por último, Del Toro habló sobre el mensaje de su más reciente película, en la que alteró elementos del libro original para discutir ideas más cercanas a la actualidad. “La historia que presentamos es sobre un padre que tiene que aprender a ser un padre, no sobre un hijo que tiene que aprender a ser un hijo”, aseguró. “Ahora mismo, la desobediencia es urgente e impostergable en el mundo. Y no podemos pretender la construcción de algo perfecto, porque lo importante es que exista el amor”, concluyó.
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