La mujer y el mercado laboral

La mujer y el mercado laboral

La brecha de género es la distancia que hay entre hombres y mujeres con respecto a indicadores económicos y sociales. La brecha de género demuestra la desigualdad estructural que enfrentan las mujeres y que en muchas ocasiones hace imposible remontar siquiera para igualar a los hombres. De forma específica, hoy hablaremos de la brecha de género en el mercado laboral.

 

Para analizar el mercado laboral tomaremos tres indicadores importantes: el desempleo, las condiciones críticas de ocupación y el salario.

 

La tasa de desempleo femenino al cuarto trimestre de 2022 fue la más baja de los últimos años al ubicarse en 3.2%. A una tasa tan baja le llamamos en economía desempleo friccional, es decir, las personas desempleadas están en la transición de ingresar a otro empleo. La tasa de participación (número de mujeres en edad de trabajar que está dispuesta a trabajar) pasó de 41.7% a 43.6%, por lo que podemos decir que las mujeres que salieron del mercado laboral durante la pandemia han vuelto y se están reincorporando con relativa rapidez.

 

Si lo analizamos por nivel educativo, el 58% del desempleo femenino se concentra en aquellas que estudiaron nivel medio y superior, lo cual es mayor que el porcentaje al inicio del sexenio que era de 53%. Sin embargo, la tendencia es histórica y muy parecida a la que ocurre en el mercado laboral masculino. en 2005 el desempleo de mujeres con altos niveles de estudio era sólo del 35%, durante el periodo neoliberal aumentó casi 20 puntos porcentuales. Un lastre que la 4T no ha podido revertir.

 

Las condiciones críticas de ocupación hacen referencia a trabajar menos de 35 horas a la semana o trabajar más de 35 horas con un ingreso menor a un salario mínimo o trabajar más de 48 horas a la semana. El porcentaje de mujeres en este rubro se duplicó al pasar de 14.2% a inicios del sexenio a 28% en 2022. Esto significa que las mujeres se están incorporando a empleos precarios, sea por una jornada reducida que les obliga a tener dos o más empleos o porque están trabajando jornadas extenuantes. Este deterioro es también una tendencia histórica que no ha podido ser atendida por el actual gobierno; en 2006 ese porcentaje era de apenas 7%.

 

Por último, en lo que respecta al salario se destaca que la tendencia neoliberal de reducir los puestos de trabajo que ganan más de 3 salarios mínimos tampoco se ha detenido. La siguiente gráfica divide en dos grupos a la población femenina ocupada. Observamos, por un lado, que los puestos de trabajo que ganan menos de 3 salarios mínimos se incrementaron para alcanzar 78%; por el otro lado, vemos una reducción de los puestos de trabajo que ganan más de 3 salarios mínimos, que son ahora 6 de cada 100 mujeres. Esta tendencia también es muy parecida a la de los hombres. 

 

Sin embargo, hay una buena noticia, los aumentos salariales que se han dado en este sexenio hicieron que la masa salarial aumente de forma extraordinaria, paso de 3.4 mil millones de pesos a 5.5 mil millones, es decir 62%. En el mismo periodo del sexenio anterior, la masa monetaria sólo había aumentado 11%. La masa monetaria es el saldo total que del ingreso nacional se destina a los salarios y se puede calcular a partir sumar los puestos de trabajo multiplicados por su salario.

 

En la misma gráfica vemos en barras verdes el ingreso medio de las trabajadoras que pertenecen al grupo de las que ganan menos, pasó de 165 pesos al inicio del sexenio a 271 pesos el año pasado. Entonces, en apariencia los puestos de trabajo con menos salario se han incrementado, pero en términos de montos, no es lo mismo pertenecer a ese grupo en 2018 que en 2022.

 

 

Elaboración propia con datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo

 

Una buena noticia es que los salarios de las mujeres crecieron más rápido que el de los hombres. De esta manera, al año 2022 las mujeres habían borrado la brecha de genero en materia salarial al colocarse por encima de los hombres quienes pasaron de una media de 191 pesos diarios a 212 pesos; en contraste las mujeres pasaron de tener un ingreso medio diario de 156 a 271 pesos. Este es un avance significativo del actual gobierno.

 

Como vemos la situación de la mujer en el mercado laboral tiene claroscuros que es importante comprender. Existen variables de corto plazo como el empleo y los salarios que han mejorado de forma significativa; pero también están las condiciones estructurales que sólo cambian en el largo plazo como la calidad del empleo en función de la estructura económica y eso depende de erradicar muchas prácticas antiéticas a las que recurren ciertas empresas. La lucha es larga y la victoria sólo está asegurada con la unidad entre mujeres y hombres. ¡Viva el Día Internacional de la Mujer Trabajadora!

 

 

*Profesor-Investigador Universidad Autónoma del Estado de Quintana Roo

Miembro del Sistema Nacional de Investigadores

 

YouTube: #BandalaNomics