Tesla es -en este momento- la armadora de autos eléctricos más grande del mundo. Ayer, en su evento anual “Investor Day” (día del inversor) se anunció formalmente la instalación de una planta en nuestro país. En días previos se había especulado esta inversión debido a que la empresa fue condicionada severamente por el presidente Andrés Manuel debido a la escasez de agua en la Sultana del norte. Conozcamos un poco más a esta empresa.
La empresa se fundó en California en el año 2003 por los ingenieros Martin Eberhard y Marc Tarpenning. Un año más tarde, Elon Musk se volvió cofundador y con la aportación a capital que realizó se hizo presidente. Actualmente su sede está en Texas y ayer produjeron el auto número 4 millones; están empleando más de 100 mil trabajadores alrededor del mundo.
La producción de Tesla es personalizada y utiliza un modo de producción tipo Kan-Ban, es decir, la producción inicia hasta que el cliente realiza la compra. La compra se hace en línea donde cada cliente personaliza el vehículo y agrega atributos al automóvil. El más económico es el Model 2 cuyo precio para México va desde un millón 9 mil pesos hasta un millón y medio, dependiendo del color, los rines o el nivel de autonomía. Estos son los famosos autos que se manejan solos y su precio los hace inaccesibles para el 90% de los mexicanos.
La instalación de la planta en México no responde entonces a atender el mercado nacional, sino a una estrategia que en economía llamamos “nearshoring” y es cuando una empresa envía alguna parte de su proceso productivo a un tercer país donde los costos (incluyendo los salariales) sean más bajos pero que se encuentre a corta distancia de la matriz. La nueva “mega fábrica” de Monterrey estará a menos de 700 kilómetros de la sede de Texas y con un ahorro sustancial que reduciría el costo de un automóvil en unos 20 mil pesos. El plan es un ahorro global del 50% en la cadena de costos de Tesla a nivel mundial.
Esta práctica no es nueva, la hacen todas las plantas automotrices que se instalan en nuestro país. Desde los años ochenta, con el inicio del neoliberalismo, la ventaja competitiva de nuestro país fue ofrecer bajos salarios. En 1992 los salarios de obreros automotrices en México eran 3 veces mayores a los de Corea del Sur; desde 2008, poco antes de la crisis, las cifras se revirtieron y México tenía salarios 3 veces más bajos que Corea. Desde 2019 la tendencia empieza a mejorar, pero las brechas siguen siendo grandes. En promedio un obrero automotriz en México, haciendo el mismo trabajo que un obrero automotriz en Estados Unidos o Canadá, gana hasta 25 veces menos.
De hecho, Tesla en Estados Unidos no se caracteriza por pagar altos salarios a su personal operativo, todo lo contrario, un ingeniero automotriz gana por debajo de su homólogo en Ford. Los altos salarios de Tesla se reservan para la alta dirección y el área de investigación y desarrollo (I+D). De acuerdo con datos de portales de bolsas de trabajo, a la conversión actual del dólar, los salarios operativos de Tesla serían iguales a los de Volkswagen en Puebla, pero inferiores a los de Nissan en Aguascalientes, General Motors en Silao y Ford en Lerma, como se muestra en la gráfica siguiente.
Elaboración propia
Elon Musk es ahora el hombre más rico del mundo y tampoco se caracteriza por su carácter humanista, todo lo contrario, tiene fama de déspota e hipermoderno; tiene una fuerte obsesión por la tecnología a costa del sentido humano, por ejemplo, la carrera espacial para la obtención de recursos naturales estratégicos en otros planetas y la venta de bienes raíces en la Luna y Marte.
La planta de Tesla en Monterrey será la más grande y el objetivo es que produzca el modelo de automóvil más barato que podría bajar hasta los 890 mil pesos, según algunas proyecciones. Para 2030 la empresa quiere producir 20 millones de autos al año. La inversión esperada podría superar de forma directa los 5 mil millones de dólares y podría duplicarse en 4 años cuando el clúster de empresas proveedoras quede totalmente establecido, esto equivale entre el 4 y el 9% del Producto Interno Bruto (PIB) lo que significa crecimiento económico, pero no necesariamente combate a la pobreza ni a la desigualdad.
Bienvenidos los capitales y la inversión, pero no nos confiemos. La fortuna de Musk, como la de los 50 hombres más ricos del mundo, viene chorreando lodo y sangre y la alta rentabilidad envalentona al capital como para pasar sobre la vida humana. ¡Mucho ojo!
*Profesor-Investigador Universidad Autónoma del Estado de Quintana Roo
Miembro del Sistema Nacional de Investigadores
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