Año tras año, la industria cinematográfica reconoce a las mejores producciones en una famosa ceremonia donde se dan cita las máximas figuras del séptimo arte. Estos galardones son conocidos como premios Oscar, pero a pesar de que llevan años llevándose a cabo, muchos aún desconocen su historia.
Estos premios nacieron en 1927 durante una cena en la casa del jefe de los estudios MGM, Louis B. Mayer, cuando los invitados tomaron la decisión de formar un grupo en beneficio de la industria.
Una semana después, 36 figuras de todas las ramas cinematográficas cenaron en el Hotel Ambassador de Los Ángeles para fundar la Academia Internacional de Artes y Ciencias Cinematográficas, con Douglas Fairbanks como presidente.
De este modo, en 1929 se llevó a cabo la primera ceremonia de los Premios de la Academia. Esta celebración consistió en un banquete que tuvo lugar el 16 de mayo en el Blossom Room del Hotel Roosevelt con 270 asistentes.
Posteriormente, la Academia se estableció físicamente en un conjunto de oficinas de Hollywood Boulevard, permaneciendo ahí hasta 1935, cuando se trasladaron al edificio Taft y la biblioteca fue llevada a North Gordon Street.
Uno de los momentos clave en la historia de los premios fue la primera ceremonia en ser televisada, lo que permitió que millones de personas en Estados Unidos y Canadá pudieran ver la entrega. Esto ocurrió en 1953, cuando la TV aún era transmitida en blanco y negro.
Fue hasta 1969 cuando la gala se transmitió a nivel internacional. Con el paso del tiempo, estos galardones han ido evolucionando, uno de los aspectos más curiosos de esto es el nombre de los reconocimientos, pues oficialmente se llaman “Premio de la Academia”, pero son conocidos de manera unánime como “Premios Oscar”.
El motivo de este cambio no se conoce con exactitud, pero una de las explicaciones más aceptadas atribuye el nuevo nombre a Margaret Herrick, la primera bibliotecaria de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, quien vio la estatuilla que se entrega a los galardonados y aseguró que se parecía a su tío Oscar.
Años más tarde, Herrick se convertiría en la directora ejecutiva de la Academia hasta 1971, incluso, ganó su propia estatuilla y actualmente la Biblioteca de la Academia lleva su nombre.