“Cutting”, la fallida búsqueda de aliviar el dolor emocional con el físico

“Cutting”, la fallida búsqueda de aliviar el dolor emocional con el físico

Foto: Unsplash

Cada 1 de marzo se conmemora el Día Mundial de la Concienciación Sobre la Autolesión, una práctica de la que poco se entiende, puesto que rodea de estigma a quienes se infringen daños. Ya sea que los tachen de llamar la atención desesperadamente o replicar estas actividades por moda, no siempre se dan formas de comunicación que ayuden al entendimiento y la recuperación.

 

Esta fecha tiene como finalidad difundir los mensajes y crear conciencia para ayudar a derribar los estereotipos y mitos en torno a quienes se autolesionan. Conductas como esta no solo dañan a las personas que se causan heridas, también repercuten en sus familias y personas cercanas. La separación de los círculos sociales y el aislamiento son frecuentes cuando se empieza con esta práctica, agravando el problema por falta de desahogo de los problemas iniciales.

 

 

Los comportamientos se detonan por varios factores, como la falta de comunicación, desequilibrio emocional y hostigamiento escolar. La edad es otro rasgo a considerar, de 10 a 15 años es el promedio en que los jóvenes, principalmente mujeres, empiezan con esta actividad. A esto se suman otras características como el nivel socioeconómico, estrés escolar, depresión, ansiedad, y problemas personales como la violencia familiar o el abuso físico.

 

Se manifiesta de varias formas, entiéndase rasguños, golpes en el cuerpo, quemaduras, introducirse objetos apenas por debajo de la piel o los cortes en la piel con navajas, tijeras o cualquier otro objeto punzocortante.

 

Esta última acción se denomina "cutting" e implica cortes en la piel que buscan el autocastigo sin pretender mayores consecuencias como el suicidio. Generalmente se hacen en los brazos o en las zonas cercanas a las muñecas, pero también se pueden ver en piernas o en la zona abdominal. La razón de esto es, al igual que las otras formas, una búsqueda para aliviar o suplantar el dolor emocional con el físico y así superar la ansiedad que provoca.

 

Hay señales que dan parte cuando un adolescente empieza con el "cutting", por ejemplo, esconderse los brazos usando siempre mangas largas o el rechazo a convivir con más personas. Con las redes sociales, esto comenzó a tratarse como un hábito que se podía replicar sin mayor dificultad ni consecuencias. Los jóvenes han empezado a intercambiar formas de hacerlo, experiencias e incitaciones a continuar con estas prácticas.

 

Aunque se hace con propósitos menores, los riesgos siempre están latentes. El desangrado, infecciones por compartir instrumentos o enfermedades como el tétanos por usar filos sucios u oxidados pueden ser algunas de las consecuencias. Incluso después de dejarlo, las cicatrices quedan en la piel por años y, si se hicieron con intensidad, pueden permanecer toda la vida.

 

Los peores escenarios vienen cuando este dolor autoinfligido deja de ser suficiente y se da inicio a otros vicios como el alcoholismo o el consumo de drogas. Otro caso es que los problemas emocionales de raíz se agudicen y terminen en el deterioro de la salud mental, causando depresión u orillando al suicidio.

 

Para superar el problema, se recomienda asistir con especialistas de la salud mental o grupos de apoyo, pues con ellos es que la gente puede acercarse sin el temor a ser juzgados o sin el estigma social que generan las autolesiones. También existen organizaciones, como la Sociedad Internacional de Autolesión, que brindan apoyo para quienes desean salir de esta situación. Para esto facilitan la asesoría sicológica y proporcionan guías de autolesión, en las que acompañan a la gente para no sentirse solos en el camino de la recuperación.

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