Para bien o para mal, el Deportivo Cruz Azul tiene una historia ligada a uno de los directivos con la peor fama del futbol mexicano, Guillermo Álvarez Cuevas, conocido como “Billy” Álvarez. El dirigente fue el encargado de llevar a “la Máquina” a jugadores de nombre, pero usando a la institución para otros fines en el proceso.
El otrora presidente de la institución es acusado de múltiples ilícitos y recientemente se dio a conocer la detención de uno de sus allegados, Noé Calvo Morales, quien fuera el responsable del área de recursos humanos en la Cooperativa Cruz Azul durante la administración de Álvarez. Se le acusa de ser el artífice de un fideicomiso mediante el cual se sustrajeron, al menos, 43 millones de pesos de los socios.
Este es solo un capítulo más de la historia de “Billy” Álvarez con la cooperativa, toda vez que hay más personas detenidas que supuestamente le ayudaron a robar a los socios, incluidos trabajadores y familiares, más los conocidos ligados al futbol que hacían negocios que no beneficiaban en lo deportivo, pero sí en la economía personal de Álvarez.
Esto se suma a la detención de otros socios de Álvarez, como Joel Vázquez Dolores, acusado de fraude, y Víctor Garcés, quien fue señalado de delincuencia organizada y lavado de dinero. Ambos continúan bajo prisión para llevar a cabo su proceso.
En 2001 los socios lo acusaron de excluirlos de la toma de decisiones en la cooperativa, por lo que un grupo lo demandó; sin embargo, siguió en el puesto.
Su socio más cercano, Víctor Garcés, fue suspendido de cualquier puesto, y acusado de fraude por 400 millones de dólares en 2010, lo que comenzó con el debilitamiento de la estructura de Álvarez.
Ya desde 2019, la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) ordenó que se congelaran las cuentas de Álvarez y Garcés por sospecha de lavado de dinero y delincuencia organizada. En 2022 un Tribunal Colegiado decidió que se diera vuelta atrás a esta encomienda, pues la defensa de los acusados argumentó que era una petición inconstitucional.
La historia de los Álvarez en la cooperativa es generacional, pues el padre ya había sido presidente de la organización y el hermano menor de “Billy”, Alfredo Álvarez, cuenta con dos órdenes de captura por falsedad ante autoridades y fraude continuado. Ambas acusaciones están ligadas al actuar con su hermano y Garcés.
En el plano deportivo causó muchos estragos en el desarrollo del equipo, pues su relación con promotores y representantes de jugadores hicieron que, temporada tras temporada, el plantel tuviera entre sus filas a fichas que tenían lugar no por su mérito en la cancha, sino por el beneficio económico que representaban para las partes involucradas. Puntualmente, los vínculos eran con Carlos Hurtado y Omar Fleitas quienes influenciaban en la contratación de jugadores para el quipo.
En 2021, su defensa notificó que se pagaría un total de 564 millones de para evitar ser detenido por administración fraudulenta, pero al momento sigue prófugo con orden de captura junto a más de sus colaboradores, como su hijo Robin Álvarez, Jorge Fernández Rodríguez y Apolinar Ortiz Hernández, entre otros.