No pocas ocasiones, el clamor popular resulta inviable o poco acertado, sobre todo, cuando se habla de las artes y en especial del cine. El caso en particular de la cinta “Herencia” (Inheritance, 2020), que curiosamente estaba en el Top Ten de películas de Netflix durante la semana del 23 al 29 de enero pasada, refleja esta percepción, pues se trata de un filme que aborda temas complejos, como el homicidio, el poder, el secuestro y hasta el racismo, deja una tibia reflexión en cada uno en ellos, convirtiéndose en un largometraje simplón y con demasiadas pretensiones no alcanzadas.
El filme dirigido por Vaughn Stein, comienza con la muerte del páter familia, un millonario estricto con su familia, sobre todo con su hija mayor, a quien parece exigir más que a su otro heredero. El filántropo, político y abogado de profesión, deja en las manos de su amigo, también jurista, el testamento con el que traspasa 50 millones de dólares a su hijo menor, un político estadounidense y tan solo 1 millón a la chica de la casa, aunque también hereda para ella un sobre en el que aparece un disco con un video sobre un gran secreto del que ella deberá a falta de su padre.
En los primeros minutos, la tensión es constante y por un buen rato la historia nos mantiene al filo de la butaca, sin embargo, mientras va develando elementos que le permiten reconstruir la historia que vivió su padre con el complicado secreto, el argumento se va volviendo endeble y muy predecible, al grado de que se va perdiendo el interés del filme.
El desenlace que se va preparando desde muchos minutos antes, es tan esperado que pierde efectividad, incluso podría decir que “Herencia” se vuelve un cansado relato durante toda la segunda mitad, aunque es cierto que para los amantes del cine de suspenso con elementos policiacos, podría parecer un tanto entretenida y hasta destacada por la variedad de historias paralelas que entrelaza.
Cabe destacar que el personaje principal, una fiscal triunfadora, interpretada por Lily Collins, no encaja en término de tiempo, pues su físico da la impresión de estar viendo a una preparatoriana, aunque el director la hace pasar por una profesionista con bastantes años de experiencia.
En suma, es un filme que pasa por divertido si lo vemos desde una perspectiva de acciones complejas que se unen para expresar el mensaje de que “la familia es primero”.
Quiero aprovechar este espacio, para invitarle a escuchar los podcasts que de esta columna se han deprendido y que puede localizar en su App favorita. Me refiero a “Cinematógrafo 04”, “El cine ese objeto del demonio”, que además se trasmite en diversas estaciones universitarias del país, “Ampolletas de cine latino” y “O cinema México-Brasil” en portugués.
Sólo le recuerdo que la imaginación se disfruta más en la oscuridad del cine, así que no deje de asistir a su sala favorita. Para dudas, comentarios o sugerencias escríbame al correo electrónico trejohector@gmail.com o sígame en mis redes sociales “CinematografoCeroCuatro” en Facebook, “Cinematgrafo04” (sin la “ó”) en Twitter y Trejohector en Spotify.